Irregularidades y responsabilidades políticas en el borrador de Epsilon

El borrador elaborado por el popular Carmelo Barrio, Presidente de la Comisión parlamentaria que investiga los fiascos de Epsilon e Hiriko, concluye que hubo "deficiencias e irregularidades" y aprecia "responsabilidades políticas" en al menos dos órganos públicos por autorizar ayudas por valor de 48 millones de euros "solo en base a expectativas e irreales objetivos empresariales".

Así consta en el informe preliminar sobre las responsabilidades políticas en el proyecto que aspiró a colocar a Euskadi en la F-1, con sede en el Parque Tecnológico de Miñano (Alava), ahora en concurso de acreedores y cuyo principal responsable, el empresario Joan Villadelprat, fue condenado por los tribunales.

Barrio aprecia responsabilidades políticas en los que eran entonces miembros del Consejo vasco de Promoción Económica y que integraban el Parque Tecnológico de Miñano, si bien no explicitar un solo nombre, aunque entre sus principales responsables estaba la entonces consejera de Industria, Ana Aguirre.

El autor reprocha al Consejo vasco de Promoción Económica haber declarado estratégico un proyecto, asesorado por el Gobierno vasco, "sin sólidos fundamentos, solo en base a expectativas e irreales objetivos empresariales, sabiendo que existía un riesgo alto de que no se materializara".

También sentencia en relación a la actuación del Parque Tecnológico de Miñano que hubo "defectos e irregularidades que se debieron evitar".

Sobre el caso Hiriko, Barrio no señala responsabilidades políticas por falta de documentación y lamenta tener que pronunciarse sin contar con el informe de fiscalización que aun está elaborando el Tribunal vasco de Cuentas Públicas.

En todo caso, si sostiene que el Gobierno vasco "careció de visión estratégica al no apreciar los riesgos" que existían para lograr la homologación del proyecto, que finalmente se frustró y mantiene ahora la firma en preconcurso de acreedores.

Barrio también advierte en sus conclusiones del riesgo de que los desarrollos tecnológicos logrados al calor de 16 millones de euros que Hiriko recibió como ayudas públicas "se pierdan definitivamente o acaben en manos privadas".

Finalmente, pone en evidencia que la falta de financiación privada en ambos proyecto, Epsilon e Hiriko, cuyo desarrollo se basó principalmente en ayudas públicas, fue también una de las causas principales del fracaso de ambos.

Los grupos parlamentarios tienen ahora hasta el 8 de julio para presentar sus alegaciones al informe confeccionado por Barrio. La Comisión de investigación votará el10 julio, el texto definitivo.