Los abogados de la causa civil por el JK5022 afirman que Boeing conocía sus fallos
Los letrados que han logrado la admisión a trámite del caso por un juzgado canario advierten de que 1.100 aviones vuelan aún en todo el mundo sin corregir los procedimientos de activación de alertas en vuelo
Las Palmas de Gran Canaria
"Era cuestión de tiempo de que volviera a ocurrir y Boeing lo sabía". Es la reflexión de Iván de Miguel, uno de los abogados de las siete familias de las víctimas de la tragedia del avión de Spanair, que se estrelló en el aeropuerto madrileño de Barajas el 20 de agosto de 2008, que han logrado que un juzgado de Las Palmas de Gran Canaria admita a trámite la primera demanda civil contra el fabricante americano de aviones. La base de la defensa de esta causa es demostrar que desde el accidente aéreo de Detroit, en 1987, la compañía había detectado problemas técnicos en el procedimiento de seguridad de sus aparatos, en lo referente a las alertas de a bordo. Ya entonces, según la defensa, Boeing se comprometió a corregir esas deficiencias, pero no lo hizo.
El objetivo de esta demanda civil de víctimas de la tragedia del vuelo JK5022 es "saber con certeza y rigor lo que verdaderamente ocurrió", explica Iván de Miguel, abogado que ejerce en Tenerife y que defenderá la causa de estas site familias, en compañía de Arturo González, que trabaja en Houston (Estados Unidos), y Julio Moliniero, que hace de enlace entre los gabinetes jurídicos canario y norteamericano. Según la defensa de los demandantes, el accidente de Barajas se produjo, entre otras causas, por "un producto defectuoso" que comercializa Boeing, y que aún hoy está en unos "1.100 aviones que vuelan en todo el mundo".
Se trata del procedimiento de seguridad que afecta a los relés, uno de los sistemas de aviso de anomalías a bordo que no funcionó el día de la tragedia. Según los abogados, una compañía aérea ya desaparecida corrigió aquellas deficiencias técnicas que, en opinión de este gabinete jurídico, Boeing ya traía de fábrica.
Iván de Miguel también se refirió a la situación de sus defendidos con respecto a Mapfre, que tenía como cliente a la compañía Spanair. Desde su punto de vista, tanto la aseguradora como Boeing "son lo mismo" y se tapan una a otra, "como lo prueba que Mapfre, aunque lo ha dicho, nunca ha llegado a demandar a Boeing".
Las siete familias que están personadas en esta causa civil reclaman 56 millones de dólares, un cálculo que se corresponde con el sistema norteamericano de indemnizaciones, que se aplicaría en este caso al tratarse de una demanda contra una compañía de Estados Unidos. Según sus abogados, ellos mismos corren con "todos" los gastos del procedimiento "a fondo perdido", es decir, se gane o no el pleito. Eso sí, aseguran que los costes que les está generando la causa ascienden ya a "una inversión de 750.000 euros", una suma que recuperarán si acaban ganando.