Los dulces en la playa hacen su agosto: "Mejor, si los servimos con café"
Solo en la playa de Huelin trabajan ocho vendedores ambulantes de pasteles. Se transportan en bandejas, sin refrigeración. "Me saco hasta 80 euros al día", comenta Andrés


Es su segundo verano. Andrés vende en la playa cada napolitana de chocolate y crema a un euro y al día puede sacarse cuatro bandejas: 80 euros cada jornada. La venta ilegal de dulces le reporta más ingresos que trabajando conl os papeles en regla en una empresa de seguros. "No está permitido por el tema de Sanidad, pero a la gente le gusta. Nunca hemos tenido problemas por el estado de estos pasteles". Los compra a una pastelería que los distribuye a los vendedores de la playa.
A pesar de ser un negocio ilegal, la venta ambulante de pasteles está muy extendida. Solo en la playa de Huelin hay ocho vendedores.
Andrés, paraguayo, es padre de tres niños y lleva ocho años residiendo en Málaga. Sostiene que la venta de los dulces en la playa es una forma más de ganarse la vida, aunque reconoce que está cometiendo una ilegalidad.
Pero subraya que es un producto demandado por los bañistas, que el cliente está satisfecho y nunca han tenido casos de intoxicaciones, aunque los dulces se transportan en bandeja, sin refrigeración. Los vendedores incluso han pedido permiso para servirlos con café. La administración ha rechazado la solicitud.
La Policía Local ha llevado a cabo en un mes y mediouna treintena de actuaciones contra la venta de dulces en la playa. Aún así, es fácil toparse con vendedores ambulantes de pasteles a pleno sol.
Y a los bañistas consultados no les importa que su venta no tenga las garantías de Sanidad. "Hay limpieza y están muy buenos. En la playa se come mucho, hija", comenta una mujer mientras remoja sus pies en un cubo lleno de agua.




