Los universitarios vuelven a llenar Valencia

Valencia

Con septiembre a la vuelta de la esquina y el inicio de la universidad cada vez más cerca, los barrios valencianos cercanos a las universidades empiezan a vivir el trasiego de jóvenes que buscan un piso en el que pasar el curso. El alquiler de pisos para universitarios supone un importante revulsivo económico para estas zonas, pero también genera problemas que no son siempre culpa de los jóvenes inquilinos

San José y Benimaclet son sin duda los barrios universitarios por excelencia por su cercanía a los campus. Paco Guardeño, presidente de la asociación de vecinos de Benimaclet, destaca el importante impulso económico y cultural que suponen los universitarios para el barrio. Asegura que allí están muy contentos con esta población temporal y que, por lo general, no hay problemas. Para Guardeño, el gran inconveniente se encuentra más bien en los propietarios de estas viviendas que, asegura, en muchas ocasiones mueven dinero negro al no firmar contratos legales y, dice, generan una notoria suciedad al finalizar el curso... cuando tiran los muebles a la calle sin cuidado ninguno. Por ello, Guardeño exige más civismo.

Desde la asociación de vecinos del barrio San José, Lucas del Castillo, su portavoz, no se muestra tan optimista ante la presencia de los jóvenes. Cree que los universitarios acarrean problemas relacionados con el ocio, no solo por los que vienen, sino por los que, dice "pasan" por esas zonas. Se refeire a los locales de cenas baratas y a las fiestas que, asegura, se producen dentro de los pisos. Cree que sería necesario un mayor control en este ámbito y dice que uno de los grandes problemas que se produce es que con la llegada de los estudiantes la población de estos barrios aumenta con gente que no está censada por lo que la dotación de servicios no está pensada para la población real que vive allí. Como ejemplo, la limpieza.

Sobre la posibilidad de que sea un revulsivo económico.. Castillo no lo ve tan claro. Dice que los locales tradicionales han desaparecido y que lo que ha prolifera son los bares -incómodos para él- y también algunas tiendas de telefonía.