El campo valenciano indignado por la poca influencia española en la UE

Los agricultores se consideran paganos de su incapacidad y auguran que el próximo día 18, cuando la Unión Europea debe decidir si caquis, cítricos y granadas son protegidos, volverá a demostrarse que la agricultura mediterránea no existe para Bruselas

Los acontecimientos de esta semana pasada han indignado a los agricultores. El miércoles, el vicepresidente y conseller de agricultura José Císcar, con la cúpula de su consellería, se reunía con representantes de todos los sectores afectados. Las asociaciones agrarias salieron del encuentro con la sensación de haber perdido el tiempo. Buenas palabras y promesas vanas. Eso encontraron y además quedó confirmado apenas unas horas después cuando la Unión Europea paralizaba la subvención a los citricultores europeos al detectar que algunos países estaban engordando hasta el imposible sus estimaciones de producción.

Una decisión que se adoptó sin que ni el ministerio ni la consellería de agricultura de una comunidad que exporta a Rusia 90.000 toneladas al año entre cítricos y zumos desconocía. Ahora, las asociaciones agrarias confían en que esa situación se resuelva antes del 18. Otra cosa son sus expectativas... pocas. Se sienten víctimas de un doble veto... el ruso y el de la propia Unión Europea que no protege ni da prioridad a los productos comunitarios sobre los de países terceros que entran en Europa con plena libertad y sin apenas controles, lo que también favorece la entrada de plagas.

"La solución tiene que ser política", reclaman. También hemos sabido esta semana pasada que mientras cítricos, granadas y caquis siguen sin protección productos de Italia y de Francia, en idéntica situación que los productos valencianos, han sido protegidos. Para el responsable de la sectorial de cítricos de AVA, Felipe Juan Narbón, la única solución factible a día de hoy es que alguien en Europa decida vetar la entrada de productos de países terceros que circulan por la Unión como Pedro por su casa, a unos precios irrisorios y con una calidad más que dudosa... Y es por ahí por donde debería ir la hasta ahora inexistente presión política.

De momento los cítricos, en puertas de la campaña; los caquis, en plena recolección y las granadas siguen esperando. Las asociaciones agrarias no son optimistas. Creen que la granada quedará fuera y se limitan a cruzar los dedos por los cítricos y el caqui.