Madrid dispone de una máquina para evaluar el riesgo del arbolado urbano
Fue adquirio en la época de Álvarez del Manzano y sigue utilizándose sin que haya resultado de una gran utilidad para frenar la constante caída de árboles y ramas
El Ayuntamiento de Madrid dispone desde hace 13 años de un costoso y sofisticado sistema para evaluar el riesgo del arbolado urbano. Un sistema con una inversión inicial de 3 millones de euros y que, visto lo visto, no ha servido para evitar las numerosas caídas de ramas y ejemplares que se están registrado en la ciudad incluso con trágicas consecuencias.
Hasta ahora, el equipo de Botella había mantenido que las pudriciones internas eran indetectables aunque, gracias a estos aparatos, sí se pueden conocer las deficiencias del interior.
Un laboratorio móvil, con la tecnología más avanzada, capaz de detectar las anomalías internas del arbolado. El dispositivo cuenta con un vehículo dotado de equipos de testificación para la recogida de muestras ya que el aspecto externo de un árbol puede no corresponder con un buen estado interno.
Fue adquirió en la época de Álvarez del Manzano y sigue utilizándose sin que haya resultado de una gran utilidad para frenar la constante caída de árboles y ramas.
La concejala socialista Ruth Porta pidió explicaciones al delegado Diego Sanjuanbenito durante la última Comisión de Medioambiente diciéndole "si les han mentido hace trece años o les están mintiendo ahora. Dígame donde están todos esos aparatos y toda esta tecnología que a los madrileños les costó un dineral para que esto no pasara".
El Ayuntamiento pagó el 20% de los 3 millones de euros que costó este laboratorio y el resto vino de Bruselas con cargo a los Fondos de Cohesión de la Unión Europea.
Cuenta con varios aparatos incluido un fractómetro para cuantificar la resistencia de la madera o simular la fuerza ejercida por el viento sobre el árbol. Fuentes del área de Medioambiente confirman que el sistema continúa en uso y que las empresas lo pueden utilizar.
Está disponible para los exámenes en profundidad con el fin de averiguar la existencia de una pudrición que aconseje la tala del ejemplar. La tecnología existe aunque de momento su aplicación haya resultado de dudosa utilidad.




