"El cierre del 'Panier Fleuri' supuso un impulso a mi vitalidad"

María Jesús Fombellida, conocida por todos como 'Tatus Fombelllida' recuerda perfectamente que el mes que viene se cumplirán 12 años de la despedida de uno de los restaurantes con más prestigio de Gipuzkoa, el 'Panier Fleuri". Esta mujer, que desprende energía por los cuatro costados, fue la tercera generación de un negocio familiar que inició su abuelo en 1916. Amante del buen vino, Tatus luce una sonrisa permanente en este nuevo tiempo de su vida en el que ha aprendido a disfrutar de los buenos momentos junto a sus viejos de siempre

"Estoy reluciente, he aprendido a aprovechar todos los acontecimientos que hay, relacionados o no con la gastronomía, y paso el tiempo enredando un poquito" responde Tatus Fombellida, quien reconoce que el cierre del restaurante por motivos de salud y para "cuidarse más ella misma", le ha permitido recuperar la vitalidad que desprende, "creo que me sentó muy bien" apunta. Reconoce que no para, ahora ha empezado a remar en Ur Kirolak y hace unos días subió a la cima del Txindoki, "esas cosas que no he hecho en mi vida porque no he podido". Tatus Fombellida, que cada año se da una escapada a Menorca, se ha propuesto como meta poder hacer largos viajes.

Considerada la "dama de la cocina vasca", ella misma se encarga de puntualizar que nunca ha sido cocinera pero que sí conocía "al dedillo" los platos que se servían en su restaurant, como si los preparara ella, no en vano recibió en el año 1982 el Premio Nacional de Gastronomía por su atención en sala. "Yo disfrutaba mucho con la atención al cliente y el mundo de los vinos, hay que tener en cuenta que en aquel entonces no había sumilleres y que una mujer hiciera de maître y sumiller era muy poco habitual. Tatus tiene el gran honor de haber formado parte de la foto de familia de los miembros que iniciaron la denominada "nueva cocina vasca", foto que se hizo famosa por su aparición en un calendario en los años 80. "Yo cuando me juntaba con ellos, era la que les animaba, yo era la única mujer y les metía cañita y como pinche era la mejor, además, yo era la moderadora de los coloquios gastronómicos". Cuando se le pregunta por el papel de la mujer en el mundo culinario, Tatus Fombellida sostiene que afortunadamente este asunto ha ido cambiando con los años. Recuerda que en sus inicios en la Escuela de Hostelería de Madrid, era la única chica, "ahora vas a cualquier escuela gastronómica y como mínimo la mitad de los estudiantes son chicas"

Esta mujer de sonrisa fácil reconoce que se ha vuelto "un poco pasota" a la hora de aprender nuevas cosas, ahora hace lo que le apetece y lo hace sólo para disfrutar desde el punto de vista lúdico. Atrás quedan sus 34 años al frente del "Panier Fleuri", un restaurante que dejó su ubicación de la margen derecha del rio Oiartzun para trasladarse a la margen izquierda del rio Urumea, espacio que actualmente ocupa un establecimiento oriental.