Se ha vendido el Valencia

Valencia

Hoy Valencia y los valencianos pierden otro símbolo como Bancaja, Banco de Valencia y la Caja de Ahorros del Mediterráneo, como Terra Mítica y Canal 9 TV. O como se ha llegado a construir un aeropuerto sin uso (el de Castellón) cuyo impulsor el ex-presidente de la diputación Carlos Fabra hoy duerme en la cárcel (no por esto). Todo ha sido síntoma del exceso, de la megalomanía y de los complejos de inferioridad. ¿Por qué no vamos a tener esto nosotros si lo tienen fulanico o menganico? Y también producto de la gestión de amorales o ineptos gestores. En el caso del Valencia se fraguó cuando todo el poder político del PP regó con recalificaciones urbanísticas al club para impulsarlo en 2004 ayudando al propietario (37%) que impulsó el PP (Bautista Soler). Bautista lo dejo en manos de su hijo Juan, que triplicó la deuda del club en cuatro años, dejándola en más de 450 millones y con un campo nuevo a medio acabar, por gastarse antes de tenerlo el dinero de las recalificaciones.

Aquello llevó a esto: vender muy barato el Valencia a un singapurense por los 94 millones que la Fundación debía a Bankia del préstamo con el que compró su 70%. Pero se mantiene la deuda del club (354) y no hay obligación de Lim de acabar el nuevo estadio. Lim ha comprado más barato que su primera oferta del pasado 10 de diciembre 2013 (la del folio de 214 millones). Salvo y Aurelio Martínez (Presidente de la Fundación VCF y destacado socialista ex presidente del ICO) se lo pusieron en bandeja a Lim limpiándole la competencia buena que tenía (Wanda por ejemplo). Salvo seguirá en el consejo (como presidente, o no, con o sin poder, pero cobrando seguramente). Y Aurelio Martínez recibió la medalla de oro y brillantes del Valencia de manos de Amadeo Salvo ayer noche en el césped. Queda para la historia.