La herida en el PSE alavés supura

Bilbao

Vitoria está empapelada con el rostro de una candidata que ya es historia. La socialista Maite Berrocal renunció ayer porque quería acompañarse de una lista de su confianza; y la Ejecutiva le ha aprobado otra de la suya.

Las listas electorales siempre han sido fuente de conflicto. A esto añadan otra pugna, entre quien gana las primarias y el aparato. ¿Qué poder te dan unas primarias? ¿Más que el de la Ejecutiva? Eso planteaban ayer fuentes del partido. Antes de que aprobarse las primarias, un escéptico con ellas ya me alertó del riesgo para los aparatos, porque podían crear líderes difíciles de controlar, porque, si tú estás respaldado por la militancia, me decía, ¿qué órgano interno sin esa legitimidad te controla?

Si el ganador de las primarias, encima, no es del gusto de la Ejecutiva, la tormenta perfecta. Lo ideal hubiese sido una lista de consenso. En el PSE de Vitoria eso son palabras mayores. Si las heridas se cierran en falso, infectan, escuecen, supuran...algo de esto pasa también en el PSE alavés.