Álex Grijelmo: "Las palabras son la vestimenta de nuestro propio pensamiento"
Recorrido por el Madrid de Álex Grijelmo
Madrid
Publicó su primer artículo en La Voz de Castilla siendo aún menor de edad, en 1989 empezó a hacerse cargo del libro de estilo de El País y hace diez años decidió impulsar la Fundación del Español Urgente -Fundéu BBVA-. Al periodista Álex Grijelmo le obsesionan las palabras que conforman las noticias y el uso que hacen de éstas los españoles. Con su último libro, 'Palabras de doble filo', pretende hacer pensar a los lectores en las expresiones que se utilizan cotidianamente.
'Palabras de doble filo' es una recopilación de sus artículos de periodicidad semanal publicados en El País bajo el nombre 'La punta de la lengua'. Confiesa que desde el principio se planteó que sus textos serían "capítulos de un futuro libro" para que el lector pudiese pararse tranquilamente a pensar en el buen uso del idioma. Este libro, como casi todas sus creaciones, se ha gestado en la tranquilidad que le ofrece el municipio madrileño de Venturada.
El Madrid de Alex Grijelmo
22:33
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/000WB0836320150221160348/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Grijelmo es crítico con su profesión y es consciente de que "se está produciendo un deterioro" en la forma en la que se comunican las informaciones. "Todos nos equivocamos, caemos en errores de sintaxis y de grámática y es normal", reconoce. Eso sí, asegura que "lo más grave es que no nos dijera nadie nada y que a nadie le importara". "Nos vestimos con ropa y nos importa cómo nos ven los demás, pero nos vestimos también con palabras y esa es la vestimenta de nuestro propio pensamiento", indica.
Al pasear por su Madrid, se detiene en la canción 'Madrid Amanece', de Hilario Camacho, que le transporta a 1975, cuando llegó a la capital. "Sonaba en las máquinas de discos de los bares", dice sobre este tema que está asociado a sus recuerdos "más primitivos". También se para en el Café de Mahón, situado en la Plaza del Dos de Mayo, porque fue durante mucho tiempo un "punto de reencuentro de muchos periodistas". Allí se juntaban a jugar al billar, a tomar unas copas y hasta intercambiaban las noticias que iban a salir al día siguiente, aunque siempre bajo un "pacto de lealtad".
Grijelmo se declara cinéfilo y muchos de sus mejores recuerdos se concentran en la Plaza de los Cubos. "Todos los cines que hay y hubo ahí son casi una pequeña congregación de templos de los cinéfilos de Madrid, porque siempre se proyectaron ahí las películas en versión original", recuerda. Se despide del equipo de 'A Vivir Madrid' al piano, tocando unos acordes de otra de sus canciones elegidas, 'Pongamos que hablo de Madrid'.