¡Victorión!

San Sebastián

Una victoria que vale su peso en oro, que le permite respirar un poco y alejarse algo más de la zona de peligro. Y ante un rival de entidad, que pelea por clasificarse para la Champions y que se luce en competición europea, un Sevilla que puso en muchos aprietos a la Real, que curiosamente no parecíó acusar el desgaste de la Europa League y que acabó mucho más entero que una Real que fue de más a menos, pero que por fortuna cuando parecía deshacerse como un azucarillo, reaccionó con una arreón final de casta y orgullo para conseguir retener un triunfo que sabe a gloria. El pequeño paso al frente que logró dar el equipo de David Moyes en ataque, no siendo conformista y saliendo por fin a buscar el segundo gol cuando hizo el 1-0 no se quedó en un simple espejismo y se notó en la recta final, cuando mostró toda su abmción y fue a por la victoria cuando muy pocos en Anoeta creían en ella tras la remontada sevillitas. Y eso que una una vez más, no fue capaz de aguantar dos ventaja. Pero esta vez mostró una personalidad arrolladora, algo que hasta ahora no se había visto en la Real de Moyes. Mucho mérito. Para creer, y para crecer.

Eso sí, los realistas no son capaces de aguantar resultados a favor. Y empieza a ser un mal endémico y que le está condenando a sufrir más de lo que le podrían permitir esas ventajas. Y todo por culpa del balón parado. Los dos goles del Sevilla llegaron en dos jugadas de estrategia horriblemente defendidas por la defensa de la Real. Y eso penaliza mucho. Una sangría que hace mucho daño a los txuri-urdin, que impide ver con más claridad la mejoria defensiva de la que alardea Moyes y que echar por tierra todo el positivo balance defensivo que hizo el equipo realista durante el partido. Puedes defender muy bien las acometidas del Sevilla, pero si luego por culpa de dos despistes defensivos, dos errores de marca en dos jugadas de estrategia, echas al traste todo el buen trabajo que estabas realizando, la realidad es que no sirve de nada.

Menos mal que esta vez la Real supo reaccionar a tiempo, con poco fútbol, eso es cierto, pero con mucho orgullo, convirtió el final del partido en un correcalles en el que pudo pasar de todo. Y pasó. Pero bueno para la Real. Había que arriesgar. Y los donostiarras lo hicieron. Y salió bien. Tan bien que consiguieron un triunfo que permite creer que esta Real está hecha para algo más que para sufrir en la recta final de la temporada. Aunque ya sea tarde para soñar con alardes mayores. Es un gran paso al frente. Con mucho que mejorar, muchos puntos negros, pero con otras cosas muy positivas. Moyes querías divertir y enganchar a Anoeta. Y contra el Sevilla lo consiguió. Aunque a alguno casi le da un infarto. Esa es la Real que quiere. Valiente y agresiva. El balón parado le machacó. Pero supo reponerse para ganar. Y eso es muy importante. Esta victoria es más que una victoria, es un victorión. Y debe servir para el futuro.