A por la tercera plaza... ¡con el toro!

Valencia

Minutos finales de la primera parte del último partido contra la Real Sociedad en Mestalla. Nicolás Otamendi choca con su compañero Enzo Pérez y empieza a retorcerse de dolor sobre el césped. Saltan todas las alarmas. Tras unos minutos atendido en la banda, el central argentino pide su vuelta al terreno de juego. Mestalla respira con alivio. Pero al empezar la segunda parte Otamendi ya no está en el equipo. Ha tenido que ser sustituido por Orban. Tras el encuentro, las primeras exploraciones determinan un esguince de tobillo, pero hay que esperar a la resonancia magnética pasadas 48 horas. El martes la resonancia confirma ese esguince y lo cuantifica en grado II, un término intermedio que precisaría de dos semanas de recuperación. Desde el punto de vista médico estaba prácticamente descartado para el Calderón, pero el jugador no quería ni escuchar la posibilidad de perderse la cita. Se trata en la Ciudad Deportiva durante toda la semana y el viernes, para sorpresa de muchos, salta al entrenamiento con el grupo, lo completa con notable intensidad y además... ¡a pelo!, sin necesidad de infiltrarse. El sábado, tres cuartos de lo mismo. Está hecho de otra pasta. Ya protagonizó una muy similar en diciembre cuando jugó dos días después de diagnosticársele otro esguince de tobillo. Nicolás estará contra el Atlético. Gran noticia para el valencianismo.

Y es que, aunque sea un tópico al que recurrimos frecuentemente los periodistas (a veces quizá en exceso), este partido tiene intrínsecas las características propias de una final. Está en juego el tercer puesto y eso conlleva una gran trascendencia. El Valencia actual, con 53 puntos en 25 jornadas, es el mejor Valencia de la historia, pero de nada servirán los récords si al final de la liga hay cuatro equipos con más puntos en la clasificación; incluso tampoco servirían de mucho habiendo tres. Porque la diferencia entre ser quinto y ser cuarto equivale a jugar Europa League o tener opciones de jugar la Champions. Pero ser tercero y no cuarto significa asegurar la Champions al 100% sin tener que disputar una eliminatoria previa. Y es que esa previa, de un tiempo a esta parte, no es tan asequible como lo era antaño. Desde hace algunas temporadas, los campeones de los países más flojos futbolísticamente hablando se enfrentan entre sí en esa criba a ida y vuelta, mientras que los equipos de las ligas más poderosas entran en un bombo distinto al anterior. Así pues, el cuarto de la liga española, habitualmente cabeza de serie, sí que suele evitar por esta condición a los equipos italianos, alemanes o ingleses, pero se puede enfrentar perfectamente a un portugués, holandés o francés (el año pasado el Athletic de Bilbao se midió al Nápoles porque no era cabeza de serie, pero el Valencia prácticamente tiene garantizada esta condición si tuviese que jugar la previa).

Aunque en eliminatorias directas el Atlético de Madrid en los últimos tiempos siempre se ha impuesto al Valencia (dos rondas recientes en la Europa League y la eliminatoria de Copa del Rey de la pasada temporada), lo cierto es que en liga los resultados son bien diferentes. En los últimos nueve enfrentamientos ligueros la estadística favorece al Valencia con cuatro victorias, tres empates y dos derrotas. El triunfo más reciente, el de la primera vuelta, 3-1 con quince minutos iniciales de vértigo por parte del equipo de Nuno en los que marcó los tres tantos; uno de Miranda en propia puerta, otro de André Gomes y el tercero, curiosamente, de Otamendi. Luego el Atlético recortó por medio de Mandzukic e incluso falló un penalti al filo del descanso que le podría haber metido en el partido. Este resultado cobra una especial trascendencia por el hecho de que también estará en juego en el Calderón el gol average particular. Así pues, uno de los temas de conversación al respecto ha sido si un empate sería un buen resultado para el Valencia, puesto que sumaría en el campo del actual campeón de liga, seguiría a un punto en la tabla y se adjudicaría el gol average particular de cara a un posible empate a puntos al final de temporada. Algunos jugadores como Alcácer y Enzo Pérez no firmarían de entrada ese hipotético empate, aunque lo darían como bueno en función de cómo se desarrollase el encuentro, mientras que Negredo es mucho más tajante y no aprobaría la igualada en ningún caso...    

En el capítulo de bajas la previa está a favor del Valencia. La recuperación milagrosa de Otamendi ha dejado vacía la enfermería, porque además Alcácer la abandonó a principios de semana, aunque Nuno ha dejado entrever que el delantero de Torrent será uno de los dos descartes para la convocatoria definitiva que dará minutos antes del partido, puesto que se lleva a Madrid a los veinte integrantes de la primera plantilla...

En el Atlético de Madrid hay tres bajas importantes, una por línea. En defensa no jugará por sanción Miranda, aunque la estadística dice que en los cinco partidos en los que el brasileño no ha participado, el Atlético se ha impuesto en todos ellos. Además, su sustituto, el uruguayo José Giménez, es de garantías, no en vano la pareja Godín - Giménez, que es la que actuará de inicio, es la pareja titular de la selección de Uruguay. La baja del centro del campo es la de Saúl Ñíguez, recuperándose de la fuerte contusión renal que sufrió hace diez días en Alemania. Y la de la delantera es la de su mejor estilete en la presente campaña, el francés Antoine Griezmann que, como Miranda, vio la pasada jornada su quinta tarjeta amarilla. 

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Con esto, los posibles onces serían los siguientes: en el Atlético, Moyà en la portería; Juanfran, Giménez, Godín y Siqueira en defensa; Tiago y Gabi en el doble pivote; Ada Turan y Koke algo escorados hacia los costados; Mandzukic y Fernando Torres en el ataque (podría entrar Raúl García por el croata, porque Simeone también ha trabajado esta opción en los entrenamientos). Por parte del Valencia, Alves en la meta; Barragán, Mustafi, Otamendi y Gayà en defensa; Javi Fuego, Enzo Pérez y Parejo en el trivote; Feghouli, Piatti y Negredo en el tridente ofensivo.