Agentes culturales creen que la falta de inversión se debe a la desconfianza

San Sebastián

Como cada mes, hemos citado en nuestro Hoy por Hoy San Sebastián a varios agentes culturales de la ciudad para hablar sobre el proyecto de la Capitalidad. En este caso, han pasado por aquí Pablo García, miembro de ATARI, la entidad que divulga la cultura arquitectónica; Santiago Sánchez, profesor en la Escuela Superior de Arquitectura y Responsable del Master oficial de investigación sobre Patrimonio Arquitectónico y del Programa de Doctorado sobre Patrimonio, Luisa Etxenike, escritora, y Montserrat Fornells, catedrática de Historia del Arte.

Sobre la reducción del presupuesto para el proyecto, que lo ha hecho en otro 25%, pasando en un inicio de 89 millones a 63,6, y ahora a 48 millones, García ha dicho que tras comparar las cifras con las de otras capitalidades, somos los que contamos con una financiación más baja. Para él, no es algo preocupante ya que “se pueden cosas interesantes con poco presupuesto”. Etxenike, por su parte, cree que el problema principal está en la falta de confianza: “Se nos está presentando el proyecto tarde y a cuentagotas. Se habla de participación y ahora se nos dice que no lo vamos a conocer hasta dos meses antes. Esta contradicción no favorece la confianza”. De hecho, según ella, esa es la razón también de la desconfianza de los inversores privados: “La ausencia de programa solvente no anima a las aportaciones privadas”.

Para la catedrática, la reducción del presupuesto sí es importante porque es un “hándicap”. Se ha mostrado de acuerdo con sus compañeros de mesa y ha dicho que “el escepticismo generado por la falta de concreción, por los retrasos y por el cambio de dirección ha hecho que la iniciativa privada se retraiga”, a lo que Etxenike ha añadido que “no se tenía que haber notado que había un cambio político. Lo que no puede haber es la dependencia de un proyecto cultural a la decisión política”.

La escritora opina que los proyectos se llevan adelante también con recursos inmateriales, refiriéndose a la pasión de la gente, pero “las noticias que nos llegan son noticias que nos desalientan”. Pablo García, que asistió a la reunión con la ciudadanía el pasado sábado, indica que el discurso sobre la convivencia, que es el centro del proyecto, fue muy “sesgado” ya que “el discurso fue que aquí antes había un conflicto, que llegó la paz y que tenemos que aprender sobre convivencia”.

Otra gran pregunta es, ¿qué quedará después de 2016? La catedrática ha insistido en que no se ha pensado dejar algo “tangible y permanente”, idea a la que se ha sumado Etxenike, que también se lamentaba de que nos e hubiera hecho una reforma del auditorio del Kursaal “para poder jugar en primera división”. Aun así, está convencida de que San Sebastián cuenta con una estructura de equipamientos muy potentes, a lo que habría que sacarle más provecho diseñando una nueva manera de hacer cultura: “La impresión que me da es que en lugar de abrirnos cada vez más, nos estamos cerrando. Tenemos una realidad europea, pluricultural y plurilingüe en la calle, y entras al proyecto y tienes la sensación de estar en un lugar mucho más cerrado”.