El Ayuntamiento rechaza una consulta sobre el futuro de la estación de Los Herrán
Vecinos del barrio han reclamado que se cuente con su opinión, pero el Gobierno de Maroto dice que la decisión del parque infantil ya está tomada

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Vitoria
No a la consulta popular. El Gobierno de Maroto ha dicho no a los vecinos de Aranbide agrupados en la asociación Zazpigarren Alaba que reclamaban una consulta popular para decidir el futuro de la estación de la estación de Los Herran que va a cerrar el próximo 16 de marzo. Los vecinos querían aprovechar la vía abierta a los referéndums en el borrador del nuevo plan de participación ciudadana para poner en marcha una consulta entre los vecinos del entorno de la estación de Los Herran.
La concejala de Espacio Público, Leticia Comerón, ha rechazado la consulta y ha defendido el proyecto del Gobierno del PP de un espacio de juegos infantiles cubierto. "Va a ser un foco de atracción para la gente de otras zonas", ha explicado Comerón a los vecinos en la comisión de Urbanismo del Ayuntamiento. Según Comerón, hace 4 años el PP habló con "mucha gente" que quiere un parque infantil cubierto en la ciudad. "Es una promesa electoral y la estamos cumpliendo", ha añadido.
La asociación Zazpigarren Alaba lleva años pidiendo un centro sociocultural, que, según han detallado hoy, quieren que cuente con un centro de mayores (la edad media del barrio es muy alta), una ludoteca y un salón de actos. Más allá de su propuesta, los vecinos defienden, en primer lugar, una consulta en la que se puedan votar las diferentes propuestas. "Es muy grave: el Ayuntamiento nunca nos ha llamado", ha explicado el representante de Zazpigarren Alaba, Guillermo Perea. "El Ayuntamiento no puede pasarse por encima sus propios planes de participación y no pedirnos la opinión sobre este asunto".
Los vecinos han pedido que se suspenda el proyecto hasta que se llegue a un acuerdo con los residentes en el barrio.
PNV, PSE y EH Bildu han criticado que el PP no haya consultado a los vecinos sobre el futuro de la instalación, una decisión "unilateral" que Maroto adoptó desoyendo al pleno del Ayuntamiento que había reclamado una solución consensuada




