La limpieza cuesta un 17 por ciento más cara que en Barcelona y el doble que en Valencia

Málaga

La empresa mixta de limpieza de la capital Limasa, con un 51 por ciento de capital privado en manos de Sando, FCC y Urbaser, (el resto municipal), supuso el último año un gasto de 84.995.026 euros a las arcas municipales. De ellos, 71 millones se registraron en certificaciones y 8 millones y medio por la compensación que acordó en su día el alcalde con los privados para garantizarles el 2 por ciento de beneficios en un intento de evitar las huelgas, si bien en 2014 tampoco habrá reparto de dividendos.

El caso es que las cuentas dejan en evidencia lo costoso del sistema de limpieza de la ciudad, amén de las críticas por la suciedad en alguna zonas y de la conflictividad laboral de esta sociedad mixta, motivo por el que el alcalde y candidato del PP, Francisco de la Torre, haya decidido estudiar otros modelos en la gestión de la limpieza aprovechando que en abril de 2017 expira el contrato con los privados.

Entre esos modelos de análisis se encuentra Barcelona, donde el servicio lo realizan cuatro empresas. Cada una gestiona una zona de la ciudad condal. A pesar de lo cuantioso del contrato, casi 2 mil millones de euros por un periodo de 10 años, sale un 17 por ciento menos costoso que Limasa en euros por habitante, ya que el sistema barcelonés supone 124,46 euros por persona al año frente a los 149,9 euros de Málaga.

En Valencia, el sistema es similar: tres empresas distintas se hacen cargo de la limpieza en otras tantas zonas. El coste por habitante es aún más llamativo: costará 54 millones de euros este ejercicio, o lo que es lo mismo, 68 euros por habitante, menos de la mitad que en la capital de la Costa del Sol.

Desde 2006 hasta ahora, sin contar este ejercicio, por lo tanto, 9 años, Limasa ha costado al ayuntamiento 769 millones de euros.