Resurrección con dudas

Valladolid

Lo más importante era recuperar la senda de la victoria y eso lo hizo el Real Valladolid, ganando 2-1 al Mirandés, pero también es importante la manera de hacerlo. El conjunto de Rubi dejó muchas dudas en una segunda mitad en la que las fuerzas le fallaron claramente y se vio superado por el conjunto burgalés que pudo empatar el partido.

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El choque empezaba con más brillo por parte local, con control e intención, lo que provocó los dos chispazos en los minutos 21 y 23. El primer gol llegó de la mano de Roger, que en una jugada de delantero, aguantó las embestidas de dos rivales, progresó en velocidad y cruzó el esférico en la salida de Razak. Casi sin tiempo de digerir la alegría, el público tenía que celebrar el segundo, esta vez de Óscar, que ganaba la espalada de la defensa y con toque sutil por encima del cancerbero ghanés anotaba su diana 14 esta campaña. De ahí al final de la primera mitad control de partido y pocas dificultades en un encuentro que parecía encarrilado.

Una vez más todo fue un espejismo. La salida del vestuario fue fulgurante y el Mirandés que había quitado a Urko Vera para meter a Juanjo hacía el 2-1 en el 46 y las piernas de los blanquivioletas flaquearon. Dio la sensación de que las fuerzas abandonaron al Valladolid que fue dominado en la segunda entrega por un equipo mucho más vivo en el partido. El sufrimiento se acentuó cuando los rojillos metieron una marcha más y superaron físicamente a un agotado Valladolid que no reaccionó ni con los refrescos de Leao, Pereira y Jeffren. No hubo grandes ocasiones visitantes, pero si la sensación de superioridad que dejó en incertidumbre todo el desarrollo de una victoria que fue despedida por el respetable con una frialdad que avala las dudas que deja el juego local. Lo más positivo son los tres puntos y la reaparición de Roger como goleador y lo peor el mar de dudas que abre el escaso juego y la poca fuerza del conjunto que dirige Rubi.

En los prolegómenos se recordó la figura de Lalo García.