Joselito Adame le corta una oreja a un buen toro de Cayetano Muñoz
Oliva Soto, que sufrió dos feas volteretas sin consecuencias, y Esaú Fernández se fueron de vacío
Sevilla
Joselito Adame ha cortado la única oreja de la tarde en el festejo que este miércoles ha abierto el ciclo continuado de la Feria de Abril 2015. El diestro azteca ha conseguido el trofeo ante el cuarto toro de la tarde, el único potable de un deslucido encierro de Cayetano Muñoz en el que Oliva Soto y Esaú Fernández se fueron finalmente de vacío.
Se han lidiado toros de Cayetano Muñoz, muy bien presentados, de distinto pelaje y de escaso juego a excepción del cuarto, un jabonero de nombre 'Muñeco' que tuvo mucha clase en la muleta y que fue ovacionado en el arrastre. También se aplaudió al quinto que, eso sí, tuvo serio peligro.
Joselito Adame, silencio y una oreja.
Oliva Soto, silencio en ambos.
Esaú Fernández, ovación con saludos y palmas de despedida.
En cuadrillas, Alcalareño, Curro Robles y José María Tejero saludaron en banderillas.
La plaza registró menos de media entrada en tarde lluviosa hasta el primer toro. Al final del paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del veterano picador Alfonsillo de Camas, abuelo de Oliva Soto, que falleció ayer a los 99 años de edad.
'Gordito', que así se llamó el toro que abrió Feria, no dio opciones al mexicano Joselito Adame, que se encontró con un animal rajadito en la muleta. Otro cantar fue el cuarto, un toro de enorme clase al que el azteca labró en los medios una faena de menos a más, sobre todo cuando logró templarse en las series con la mano izquierda. Certera estocada que precisó de un descabello para cortar la única oreja de la tarde.
No tuvo suerte con su lote Oliva Soto o sí, porque su segundo le dio dos feísimas volteretas-con mucha saña la segunda- por fortuna sin más consecuencias que algún leve varetazo. Antes, a su primero, lo recibió con gusto a la verónica. Brindó al cielo en memoria de su abuelo, pero no pudo redondear faena ante un toro incierto en su embestida. También lo fue el quinto, que en cuanto veía oportunidad siempre le quiso echar mano.
Tampoco tuvo lote propicio Esaú Fernández, que se fue a recibir a sus dos oponentes a portagayola. La primera resultó deslucida porque el toro salió hacia las tablas de su izquierda y la segunda fue acogida con cierta frialdad por el respetable. Con todo, el camero derrochó ganas y exprimió lo poco que tuvieron sus toros hasta acabar sus faenas metido entre los pitones.