Nazaré se reivindica con otra oreja de peso en la Maestranza
El mexicano Saldívar pasó con más pena que gloria y Javier Jiménez perdió con la espada un trofeo en su primero
Sevilla
El sevillano de Dos Hermanas Antonio Nazaré volvió a dar un toque de atención con su toreo de calidad en el segundo festejo del ciclo abrileño, celebrado este jueves en la Real Maestranza de Sevilla. Nazaré cuajó la mejor faena de la tarde a un toro sobresaliente de Fuente Ymbro, al que cortó una oreja de mucho peso. El espartinero Javier Jiménez perdió un trofeo en su primero por culpa de la espada y el mexicano Arturo Saldívar desaprovechó una buena oportunidad de triunfo.
Se lidiaron seis toros de Fuente Ymbro, bien presentados y de buen juego a excepción de primero y segundo. El tercero fue un toro notable, sobresaliente el cuarto de nombre Turulato, también noble y con clase el quinto pero justito de fuerza y potable aunque a menos el que cerró plaza.
Antonio Nazaré, de azul marino y oro, ovación con saludos y una oreja.
Arturo Saldívar, de nazareno y oro, silencio en ambos.
Javier Jiménez, de verde manzana y oro, ovación con saludos y silencio.
En las cuadrillas, José Antonio Flor picó muy bien al primero, mientras que Lipi y Ricardo Izquierdo saludaron tras banderillear al tercero.
La plaza registró un tercio de entrada en tarde agradable con rachas de viento que puntualmente molestaron a los toreros.
Nazaré volvió a llamar a las puertas de las empresas taurinas con una gran faena al cuarto de la tarde. Antes, con el que abrió plaza, tragó de lo lindo cuando el toro le echó mano por el pitón izquierdo, dándole una fea voltereta por fortuna sin consecuencias aunque que le obligó a pasar por la enfermería al término del trasteo con "contusión costal en hemitórax izquierdo y varetazo en región occipital". Pudo resarcirse con el cuarto, al que ya recibió con tres verónicas y media de mucho gusto. Turulato fue un gran toro en la muleta y además tuvo la suerte de tener delante a un gran torero que acertó a bajarle la mano y a templarle la embestida por ambos pitones. Certero con la espada, el diestro nazareno paseó la oreja de su oponente, para el que una minoría del público había pedido una vuelta al ruedo en el arrastre que, a todas luces, hubiera sido injusta.
Al contrario que Turulato, el lote del mexicano Arturo Saldívar no tuvo suerte con su lidiador, que anduvo con muchos altibajos y algo destemplado ante su primero, un toro con picante por el pitón derecho y que midió, sirva de disculpa, por el izquierdo. Lo del quinto, en cambio, no admite disculpa alguna, otro toro notable, de mucha clase aunque justito de fuerza con el que el torero azteca estuvo apático y sin poner en ningún momento de su trasteo la sal que requería el animal.
También rozó el trofeo de la oreja el espartinero Javier Jiménez en su primero, pero se lo impidió la espada y algo más. Entendió muy bien al toro de inicio y enseguida sonó la música, pero, siendo inoportuno cualquier desarme, ocurrieron dos en el momento más inoportuno de la faena cuando el torero se empecinó en cerrar las series por arriba a un toro que lo pedía todo por abajo. Se repuso bien el joven diestro, aunque el pinchazo previo a la estocada traserilla dejó todo en una fuerte ovación. También fue potable el toro que cerro plaza, aunque duró un suspiro. Además, no fue el día de Javier Jiménez con los aceros al pinchar tres veces antes de la estocada definitiva.