Ferrera cuaja un victorino de vuelta al ruedo pero falla con la espada
Perdió las dos orejas de Mecanizado, mientras que Escribano logró un trofeo en el tercero
Sevilla
Por fin una tarde feliz y emotiva en la Maestranza, donde se conjugaron un gran toro de Victorino Martín, de nombre Mecanizado, y el buen toreo de Antonio Ferrera. Sólo el fallo con la espada del extremeño nos privó de verle pasear las dos orejas de ese astado que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. El Cid se fue de vacío y Manuel Escribano cortó en el tercero el único trofeo de la tarde.
Se lidiaron toros de Victorino Martín, desiguales de presentación y de juego. Muy sos los dos primeros, reservón y orientado el tercero, sensacional el cuarto, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre; con movilidad pero sin entrega el quinto y sin humillar el sexto.
Antonio Ferrera, de verde agua y oro, leves palmas y clamorosa vuelta al ruedo tras aviso.
Manuel jesús 'El Cid', de verde botella y oro, silencio tras aviso y silencio.
Manuel Escribano, de verde botella y oro, una oreja tras aviso y palmas de despedida.
La plaza registró tres cuartos de entrada en tarde calurosa.
Ferrera pechó con un primer toro que ya embistió suave de salida, destacando el breve quite del Cid por delantales y dos medias. La pena es que el animal llegó a la muleta sin gas ni transmisión. El cuarto cambió el panorama. Mecanizado hizo surcos de tanto humillar en los capotes, empujó en el caballo de un magnífico Dionisio Grilo, aunque salió del peto un puntito manso y en la muleta, donde Ferrera le tapó cualquier intento de escapada, fue un espectáculo en series largas y templadas sobre la mano derecha. Hubo amago de petición de indulto, pero la corduda lo dejó todo en la vuelta al ruedo para el toro y otra clamorosa para Ferrera después de que la espada emborronara su gran actuación.
Fue vibrante el efectivo recibo de capa del Cid a su primero. El toro humilló, pero echó el freno pronto, llegando muy soso a la faena de muleta en la que no se aburrió el de Salteras. Tras la actuación de Ferrera, la papeleta del quinto para El Cid no fue fácil. Al toro hubo que llegarle mucho en banderillas y Manuel lo entendió bien en la primera serie por el pitón derecho. Por el izquierdo, el de Victorino reponía pronto. Al final, el respetable apaludió la movilidad sin entrega del astado y silencio al torero.
Buenos fueron los lances de recibo de Escribano al tercero, sobre todo por el pitón izquierdo. Hubo un arriesgado que aunó quiebro, violín y los adentros. Con la muleta, Paquecreas, se tragó dos series pero enseguida sacó complicaciones, quedando muy reservón y orientado. Tragó Escribano, muy valiente, aguantando que el toro buscara con los pitones las corvas de sus piernas. Faena seria y firme que tras una estocada puso en las manos del de Gerena la única oreja de la tarde. El sexto, que no humilló nunca, no dio opciones de redondear el triunfo, apuntando en el haber del torero un par del todo imposible por los adentros.
