Tarde y mal

Valencia

En el capítulo de reacciones, para el candidato de Esquerra Unida a la presidencia de la Generalitat, Ignacio Blanco, la decisión del Partido Popular de suspender de militancia a Alfonso Rus es insuficiente y llega tarde.

Blanco exige a Fabra que obligue a Rus a abandonar sus cargos públicos porque los valencianos no se merecen que "un personaje de esa calaña", dice, siga siendo ni presidente de la Diputación, ni alcalde. Blanco espera que se llegue al fondo del asunto “caiga quien caiga”.

El secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, aseguraba que la decisión llegaba tarde y mal, y exigía la "destitución inmediata" de Alfonso Rus como presidente de la Diputación de Valencia y de la alcaldía de Xátiva porque, asegura, no es posible que se le destituya del partido pero que continúe al frente de las instituciones.

Puig va más allá y asegura que toda la Comunitat está contaminada por la corrupción sistémica del Partido Popular, que ha desmoralizado la sociedad. Para Puig todo esto es la consecuencia de una guerra interna enorme el PP porque, asegura, Fabra lo sabía desde hace mucho y su partido es el auténtico responsable de un entramado del que Rus es solo una pequeña parte.

Podemos también reaccionaba ayer asegurando que la suspensión de militancia de Alfonso Rus, es "un parche en el descalabro de la corrupción del Partido Popular", y reclamaba que esa suspensión sea "real e inmediata a todos los efectos" en las instituciones valencianas.

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Por la mañana, los apoyos de Rus en su propio partido empezaban a flaquear. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, admitía que las grabaciones desveladas por la ser "abochornan a todo el mundo" y auguraba que el dirigente provincial tomaría la decisión que "más pueda beneficiar" al partido. La alcaldesa decía que Rus "es muy listo y por eso sabría tomar las decisiones que tiene que tomar, tanto por él como por las otras personas que aparecen involucradas".

Por su parte, Esteban González Pons, vicesecretario del PP, dejaba ver que la decisión estaba tomada. Sin hablar directamente del tema, Pons apoyaba la línea roja de Fabra contra la corrupción y le animaba a seguir destapando cualquier atisbo de corrupción afecte a quien afecte.