Las elecciones más abiertas

Bilbao

Las elecciones son un termómetro para medir si gobernar desgasta o no. PNV, EH Bildu y PP comprobarán si los cuatro años de sus gobiernos les pasan factura y si aguantan el tirón de las nuevas candidaturas como Irabazi, Hemen Gaude y Ciudadanos en sus respectivos "feudos" de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava.

Por su parte el PSE evaluará el efecto de su renovación interna, tanto en el ámbito nacional como autonómico y local, y el PP afronta estos comicios consciente de que el entorno general no le es especialmente favorable. Otros como Ciudadanos podrían estrenarse en el panorama institucional vasco y se espera que plataformas como Irabazi y Podemos, así como sus marcas locales, irrumpan con fuerza en ayuntamientos y juntas generales.

El escenario con el que se inicia la campaña es muy diferente en cada uno de los tres territorios en función de las perspectivas electorales, ya que hay pocas dudas de que el PNV repetirá triunfo en Bizkaia y Bilbao. En la Diputación y el Ayuntamiento de Bilbao, los sondeos pronostican una nueva victoria holgada, como ocurre desde 1979, del partido de Andoni Ortuzar.

En Bilbao, el PNV no espera reeditar la actual mayoría absoluta (la única que se ha dado en la ciudad en su historia) que logró el fallecido Iñaki Azkuna en 2011, pero sí mantener una amplia diferencia sobre EH Bildu, PSE y PP, un resultado similar al que se puede volver a dar en las Juntas Generales vizcaínas

El futuro es mucho más incierto en Gipuzkoa y, sobre todo, en Álava. Como en anteriores citas electorales, el triunfo del ganador en territorio alavés podría estar separado de pocos miles de votos del segundo y del tercero. Hace cuatro años el PP se impuso en las elecciones forales con algo más de 3.000 votos que el PNV, partido que, a su vez superó por 4.000 a Bildu. En Vitoria, las diferencias fueron mayores ya que ganó el PP con más de 11.000 votos de diferencia sobre el PNV. Apenas 1.500 votos separaron a esta formación, del PSE-EE y de Bildu.

En Gipuzkoa, las elecciones sopesarán, sobre todo, la capacidad de resistencia de la izquierda abertzale al desgaste derivado de su gestión en la Diputación de Gipuzkoa y en la capital donostiarra, así como en la mayoría de municipios. EH Bildu se enfrenta, por primera vez, a una revalida electoral desde el poder y con un agenda totalmente diferente a la que le llevó a ganar las elecciones, ya sin sombras de ilegalización y con los asuntos derivados de la paz y la convivencia en lugares postreros de las prioridades ciudadanas.

La coalición encara además a nuevos rivales, como Podemos en Gipuzkoa, que podría recabar parte del voto descontento y hasta cierto punto "antisistema" que aglutinaba la izquierda abertzale y que ahora podría decantarse por una opción que no tiene los lastres del pasado que arrastra EH Bildu. El PNV figura como principal alternativa a EH Bildu y está decidido a gobernar la Diputación de Gipuzkoa si suma mayoría con el PSE, aunque no sea la fuerza más votada en este territorio, salvo que EH Bildu obtenga una victoria holgada similar a la de 2011.

Para el Ayuntamiento de San Sebastián, las encuestas prevén que los nacionalistas sean la fuerza más votada, por delante de EH Bildu.