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OPINIÓN FRAN GUAITA

Tres no son multitud

Ante la opción muy probable de disputar la próxima edición de la Champions League, el Valencia debería plantearse el fichaje de un tercer delantero

Por la composición de la plantilla actual y la dinámica de renovaciones y/o ampliaciones de contrato que la entidad lleva a cabo desde inicios de 2015, nada hace presagiar un verano plagado de movimientos en el Valencia. Habrá salidas y entradas, como es lógico. Pero no una profunda metamorfosis comparable a la operada por Rufete tras acceder al cargo de director deportivo. Hablando en líneas generales, el bloque que compone el vestuario en la actualidad continuará a partir del 1 de julio. Todos se lo han ganado

Con respecto a las posiciones a reforzar, mucho se ha debatido al respecto de la banda derecha en defensa. Una zona compuesta en la actualidad por la sociedad Barragán-Cancelo. El jugador gallego amplió su vinculo con el club hasta el 30 de junio de 2017. Con respecto al portugués, el club tiene decidido acometer la operación para adquirir sus derechos negociando a la baja los 15 millones de euros que pedía el Benfica de salida. El Valencia necesita un lateral de corte defensivo, más rocoso, capaz de aportar la dosis de músculo necesaria en partidos de mayor exigencia física.

Pero no es ésta la única demarcación en la que el equipo adolece de efectivos pensando en una temporada Champions. Hay una incluso más preocupante desde el punto de vista cuantitativo, fundamentalmente por el escaso bagaje goleador de Negredo en los últimos meses. La dirección deportiva debe plantearse el fichaje de un punta.

Para competir en cada minuto de las tres competiciones que el club afrontará la próxima temporada, es necesario el fichaje de un delantero de alto nivel que luche por la titularidad con Paco Alcácer y Álvaro Negredo, entendiendo a Rodrigo Moreno como un jugador de banda. Muchos de los aspirantes a destronar a los grandes transatlánticos del viejo continente contarán en su plantilla con tres delanteros puros.

Es cierto que Nuno Espirito Santo ha apostado esta temporada -de forma mayoritaria- por un dibujo consistente en un 4-3-3 con el que ha decidido sacrificar a uno de los delanteros en sus alineaciones. Pero también lo es que Negredo y Alcácer han demostrado asociarse a la perfección cuando el sistema escogido permitía jugar con dos puntas. Trabajar un 4-4-2 e incluso un 3-5-2 como planes alternativos para la próxima temporada convertirá al Valencia en un equipo menos previsible y por tanto más peligroso para unos rivales que ya le han tomado la matrícula tras su excelente año. 

Y conviene no olvidar el aspecto físico. Disputando un partido a la semana, algunos jugadores han evidenciado cierto agotamiento en este último cuarto de la temporada. El sistema de presión intensa que desarrolla Nuno  genera un gran desgaste entre los futbolistas. La disputa de la máxima competición continental -esto es, un partido cada tres días- obligará al técnico a realizar rotaciones con frecuencia. Tener un tercer punta de nivel permitiría que el equipo no se resienta arriba cuando el cuerpo técnico opte por dosificar esfuerzos. Es la ley de la Champions, un rodillo para plantillas cortas que pasa factura cuando llega la primavera. 

 
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