Record de calor: 40,7º
Son los grados que ayer se registraron en el aeropuerto sevillano, a la sombra, la más alta en mayo desde hace 64 años. La Pablo de Olavide de Sevilla forma parte de un estudio que se publicará próximamente donde se evidencia que el verano europeo se ha alargado de forma significativa desde finales de la década de los 70 a un ritmo medio de alrededor de 6 días por década
Sevilla
Desde 1951 nunca se había registrado una temperatura tan alta en Sevilla en el mes de mayo como la que ayer se registró en el aeropuerto sobre las 6 de la tarde: 40,7 grados a la sombra. La temperatura más alta en este mes fueron los 39,1 grados alcanzados el 12 de mayo de 1999. Écija tuvo 39,8 grados y Morón de la Frontera 39,6.
Sin embargo hay datos del mes de mayo para todos los gustos, por ejemplo que la media más alta registrada en este mes desde el año que comienzan los resitros, 1951, es de 31,5 grados y la más baja, 10, 2.
Esta ola de calor, que ha hecho subir la temperatura en España entre 7 y 12 grados, se debe a la entrada de aire cálido y cargado de polvo procedente del Sáhara que normalmente nos alcanza en junio, pero que este año, de manera insólita, se ha adelantado un mes.
Esto ahonda en un estudio hecho por un grupo de investigadores de las universidades Pablo de Olavide de Sevilla y Complutense de Madrid y del Instituto de Geociencias del CSIC, que se publicará próximamente en la revista Journal of Climate de la American Meteorological Society, que evidencia que el verano europeo se ha alargado de forma significativa desde finales de la década de los 70 a un ritmo medio de alrededor de 6 días por década.
El estudio muestra que factores como el calentamiento global y la Oscilación Multidecadal del Atlántico han contribuido a esta tendencia. La autora principal del trabajo ha sido la profesora de la Universidad Pablo de Olavide, Cristina Peña Ortiz, que ha trabajado en colaboración con los investigadores Ricardo García Herrera y David Barriopedro Cepero de la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto de Geociencias del CSIC, respectivamente.
En este trabajo se analiza la variabilidad multidecadal de las fechas de inicio y final así como de la duración del verano. Para calcular el momento de inicio y final del verano estos investigadores han creado un algoritmo objetivo basado en umbrales locales de temperatura que han aplicado a la base de datos E-OBS, formada a partir de datos diarios de temperatura recogidos en observatorios de toda Europa, para el periodo 1950-2012. Los resultados revelan un alargamiento promedio del verano de 2.4 días por década para el periodo 1950-2012. Sin embargo, esta tendencia está confinada al periodo posterior a 1979 cuando el alargamiento alcanza valores de entre 5 y 12 días por década sobre el oeste de Europa y la región del Mediterráneo. Por el contrario, un acortamiento generalizado del verano se detecta para el periodo 1950-1978. Estos cambios son consistentes con tendencias positivas de temperatura observadas durante los meses de junio y septiembre en Europa y que, evidentemente, afectan a las fechas de inicio y final del verano.