El enigma del 3

Valencia

La mala temporada que está haciendo Valencia Basket -eliminación a las primeras de cambio en la Euroliga, KO en la Copa del Rey ante el Barça, derrota ante Khimki en la Eurocup y pérdida del factor cancha en primera ronda de playoffs- puede tener efectos sobre la configuración de la plantilla de la próxima temporada, incluso para jugadores con contrato en vigor.

Una de las posiciones en las que podría haber variaciones es la del alero. Pese a los problemas físicos de Romain Sato en los últimos meses. el jugador centroafricano seguirá en La Fonteta excepto cambio radical de la situación. En la cúpula de Hermanos Maristas existe confianza en un repunte de rendimiento del '3' nacido en Bimbo durante los próximos playoffs. Además, el coste de cortar su contrato supondría una carga económica a la que Valencia Basket considera que no debe hacer frente en estos momentos. 

Con Vladimir Lucic la historia es diferente. El serbio llegó en el verano de 2013 procedente de Partizan de Belgrado, firmando un compromiso con la entidad por dos temporadas, más una tercera opcional, que es la próxima. Pese a que no hay una decisión firme al respecto, la salida de Lucic es una posibilidad que está encima de la mesa.  

Para el caso hipotético de la no continuidad del '13' taronja, la dirección deportiva de Valencia Basket ya ha recabado informes de diferentes aleros, e incluso de jugadores de esa posición que también podrían desenvolverse como cuatros. Uno de los nombres por los que se ha interesado Chechu Mulero es Dani Díez, recientemente nombrado como mejor jugador joven de la Liga ACB. Díez, que pertenecía al Real Madrid y ha crecido en su año de cesión en Gipuzkoa, será agente libre a partir del próximo mes de julio.

Pese a las gestiones realizadas por el club taronja, la incertidumbre al respecto del futuro de Lucic y el interés de otros equipos, -como es el caso de Unicaja de Málaga-, complican notablemente la llegada de Dani Díez a La Fonteta. Una operación que sería redonda para Valencia Basket. En primer lugar, por conseguir el fichaje de un jugador con potencial para asentarse en breve en la selección absoluta y que podría ser elegido en el Draft del próximo 25 de junio en Brooklyn. Y, además, porque se haría con un cupo. Aspecto nada desdeñable teniendo en cuenta los problemas para renovar a Pau Ribas y las dudas respecto a la continuidad de jugadores nacionales como Pablo Aguilar.