Euskadi, la cuarta peor comunidad en calidad ambiental
La CAV ocupa el 14º puesto en el ranking elaborado por Greenpeace sobre la calidad ambiental de las 17 comunidades autónomas


Bilbao
Greenpeace ha hecho público su primer informe ‘Radiografía social del medio ambiente en España’, en el que se incluye también un ranking de comunidades autónomas en función de su ‘Índice de Calidad Ambiental’, elaborado con indicadores relacionados con la agricultura, la calidad del aire, las costas, la pesca, la energía y el cambio climático, la protección y la gestión del territorio, y la gestión de los residuos.
Euskadi aparece en el puesto 14 de este ranking con un Índice de calidad ambiental bajo. Nuestra comunidad ocupa la cuarta peor posición de esta lista de 17 comunidades autónomas en la que tan sólo nos situamos por encima de la Comunidad Valenciana, Cantabria y Aragón.
El estudio recoge también un listado con más de 400 puntos negros del país así como 214 ejemplos positivos a seguir. Por lo que respecta a la Euskadi, la organización ecologista ha detectado 18 puntos negativos y 10 iniciativas y políticas verdes.


Entre los aspectos negativos en Euskadi destaca la amenaza y la contaminación que supone la refinería de petróleo y planta de coke de Muskiz. Esta planta es un desastre ambiental para el litoral vasco y pone en grave peligro la salud de las personas.El estudio también llama la atención sobre los permisos concedidos para estudiar posibles extracciones por fracking, la apuesta por el ciclo combinado, la pesca destructiva de los grandes atuneros o los dragados en algunos arenales como Mundaka.
En el lado positivo está el sistema de recogida selectiva de residuos urbanos denominado Puerta a Puerta. Este sistema contribuye a que Euskadi sea de una de las comunidades autónomas punteras en el Estado en cuanto a tasa de reciclaje. También se recoge como positivo los movimientos sociales en defensa dle medioambiente, la pesca artesanal o el haber sido la primera comunidad en pedir al Gobierno central ser declarada libre de cultivos transgénicos.
Además, en este informe Greenpeace ha ido más allá y, por primera vez, realiza una radiografía que refleja las duras consecuencias sociales que tienen las agresiones al medio ambiente en todas las comunidades autónomas. De igual modo, se ponen en valor los impactos positivos que conllevan las políticas medioambientales positivas.
Así, por ejemplo, ha establecido el vínculo entre las infraestructuras inútiles y los escándalos por corrupción y el despilfarro de dinero público; también entre una política energética dictada por las eléctricas y las enfermedades y pobreza energética, o entre la gestión forestal y las privatizaciones y la pérdida de derechos laborales.




