Miguel Ángel Silva corta la única oreja de una aburrida y fría tarde
El espigado extremeño aprovechó el único novillo potable del encierro del Conde de la Maza
Sevilla
El viento, una temperatura impropia por baja para mediados del mes de junio y el escaso juego de los novillos del Conde de la Maza marcaron el interminable festejo de abono -casi tres horas de duración- celebrado este domingo en la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Solo un oasis, el quinto de la tarde, un buen novillo que aprovechó el extremeño Miguel Ángel Silva en una entonada faena que mereció el premio de una oreja.
Se lidiaron novillos del Conde de la Maza, segundo y cuarto como sobreros, desiguales de presentación, mansos y deslucidos en líneas generales. Se salvó de la quema el quinto, de nombre 'Greñosero', un buen novillo de francas embestidas sobre todo por el pitón derecho.
Borja Álvarez, de grana y oro: estocada trasera y tendida y seis descabellos (silencio tras dos avisos); estocada trasera (silencio).
Miguel Ángel Silva, de verde botella y oro: estocada que asoma y estocada caída (ovación); estocada trasera (una oreja).
Alejandro Conquero, de blanco y plata: dos pinchazos, estocada atravesada y tres descabellos (silencio); dos pinchazos, otros más hondo y tres descabellos (silencio tras aviso).
En cuadrillas, Jesús Aguado y David Peinado saludaron tras banderillear al quinto, al que lidió muy bien Juan Navazo.
La plaza registró media entrada en tarde fresca y de viento que molestó a los toreros.
Se presentaba la terna de novilleros en la Maestranza y cual declaración de intenciones el alicantino Borja Álvarez se fue a portagayola a recibir al novillo que abrió plaza. A partir de ahí, escasas emociones ya que el animal era tan noble como rajado. El cuarto bis tuvo tan poca fuerza como el titular. Para colmo se orientó por el pitón derecho y solo hubo algún unipase por el izquierdo antes de que el respetable apremiara al insistente novillero.
Miguel Ángel Silva pechó con un primer sobrero que salió saltando los capotes para después, en la muleta, mostrarse incierto, mirón y rajadito. Con todo, el espigado novillero de Zafra ligó varias series cortas por el pitón derecho y terminó dándole algo de fiesta al novillo en chiqueros. Al quinto, de salida, logró amarrarlo a la verónica en los medios. Viendo la calidad de 'Greñosero', buena reata la de este nombre, se le midió el castigo en varas, brilló la cuadrilla en banderillas y, ya con la muleta, Silva lo vio pronto y en la mano cuajando intensas series por ambos pitones, mejores las diestras.
El onubense Alejandro Conquero sumó a su corto bagaje un lote poco dado al lucimiento. A su primero lo recibió con una larga de rodillas en el tercio y lo brindó al público, aunque el novillo enseguida se quedó corto y haciendo hilo. El sexto fue muy bruto en sus embestidas, no humilló jamás y se paró pronto. La voluntad de Conquero fue palpable en las manoletinas finales, dos de ellas de rodillas.