Los videojuegos más indies

Barcelona

Blues and Bullets imagina un Elliot Ness que, 20 años después de haber encarcelado Al Capone, se ve forzado a volver a la acción para resolver una serie de secuestros de niños, entre los cuales una nieta del mismo Capone.

Dreamer Kid convierte el jugador en un niño que tiene que huir de sus pesadillas y hacer realidad sus sueños para no quedar atrapado en una dimensión paralela.

Fatal error convierte la habilidad para esconderse en el arma más poderosa. Son sólo algunos del medio centenar de videojuegos desarrollados por pequeños estudios o creadores independientes, que buscan al Indie Hub del Gamelab un editor que los ayude a distribuir su juego, correcciones y opiniones de los usuarios o simplemente, saber en qué están trabajando otros creadores independientes como ellos.

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Es el caso de los integrantes de Beautifungames, un estudio de Sabadell que presenta Megamagic, un juego para PC que hace un homenaje a la estética de los años 80, “pero con planteamiento del juego y una tecnología actuales” según que explica el diseñador del juego, Marc Gimeno. Marc y su equipo son conscientes de que, además de presentar un buen producto, hay que llamar la atención. Junto al ordenador en que se puede probar su juego: han colocado una televisión Phillips de los años 80, un cubo Rubbik y una cinta de VHS, tres elementos que recuerdan la década que ha inspirado. “El juego mezcla mecánicas propias del juego de rol, con un juego de estrategia en tiempo real. El jugador controla un mago que puede invocar criaturas y hacer hechizos. Otro creador, Álvaro Carreras asegura irónico que ellos presentan en esta edición del Gamelab “un juego de mierda”.

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Freedom Poopie sigue la dinámica de juegos como el conocidísimo Súper Mario Bross. Pero el protagonista es una mierda que intenta huir del alcantarillado a que ha ido a parar. “Hace 4 meses que trabajamos en este proyecto en el cual hemos utilizado la última versión del Unreal Engine”, un motor de juego de la compañía Epic Games, que permite dibujar una red de alcantarillado muy detallada, con una gran calidad de imagen. “Todavía no dominamos todas las posibilidades de este motor” explica Álvaro, pero ya hemos podido hacer una propuesta “suficiente atractiva”. Los diseñadores coinciden que el trabajo de desarrollar un videojuego es inacabable porque “siempre encuentras cosas que podrías hacer mejor”.

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Citas como el Gamelab son por ellos un campo de pruebas “experto” porque la mayoría de los asistentes al congreso son profesionales. La undécima edición del Gamelab, que se alargará hasta viernes, reunirá en Barcelona algunos de los gurús de la industria, como el creador de Residente Evil, Shinji Mikami o el padre de Pac-man, Toru Iwatani, que recibirán dos de los galardones que otorga el congreso. Además se analizarán las posibilidades del videojuego como herramienta educativa y se discutirá sobre los retos que plantea al sector la realidad virtual.