20 años del concierto de los Stones en El Molinón
Gijón bullía hace 20 años con el único concierto de los Rolling Stones de España en 1.995.Los Stones consolidaban la plaza como parte del circuito, que trajo a Bowie, a Springsteen o Dylan al estadio de El Molinón o al hipódromo de las Mestas
Gijón
Gijón bullía hace 20 años con el único concierto de los Rolling Stones de España en 1.995. El reclamo reventó los hoteles, los restaurantes y las inmediaciones de El Molinón, pero también el entorno del alojamiento de la banda que vendió 45.000 entradas en tres días.
De aquella, en Gijón los conciertos no pinchaban. Pasaría mucho tiempo antes de que la crisis y alguna que otra torpeza obligaran a anulaciones sospechosas, reparto de localidades dudosas y pérdidas económicas. De aquella, pasaban por la ciudad todas las estrellas, al fin a nuestro alcance. Si cinco años antes Tina Turner abrió la espita de los grandes, en 1.995 los Stones consolidaban la plaza como parte del circuito, que trajo a Bowie, a Springsteen o Dylan al estadio de El Molinón o al hipódromo de las Mestas. Miguel Rodríguez Acevedo, que durante lustros estuvo en el equipo de festejos, recuerda que fue la primera contratación directa que hicieron y también la primera vez que las estrellas se quedaban en Gijón.
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Miguel Acevedo, miebro del equipo de festejos
Incluso se integraron en la alta sociedad gijonesa. La víspera del concierto parte de la banda cenó en el palacete del conde de Revillagigedo en Deva. Entre el reducido y selecto grupo de asistentes estaba el odontólogo Juan Tinturé.
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Juan Tinturé. amigo de la familia Conde de Revillagigedo
Al día siguiente, el del concierto, Mik Jagger, su mujer y sus hijos comieron en la Pondala. Habían hecho una reserva que se mantuvo con la máxima discrección, pero que acabó trascendiendo. Algunos esperaban en el restaurante de Somió al líder de los Stones, donde Jagger comió solo sopa y carne guisada, acompañada de un vaso de vino. El gerente del local, Roberto Regginelli, recuerda su amabilidad y lo cuidadoso que fue para estar en forma para la actuación.
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Roberto Regginelli, gerente del restaurante La Pondala
Se intentó repetir el éxito tres años después, pero no pudo ser. Hubo que cancelar el concierto. La versión oficial señala un accidente de Keith Richardes, las malas lenguas un acuerdo para evitar un desastre de taquilla.