Nuevo desalojo del Patio Maravillas
La Policía Nacional se presentó en el número 9 de la calle Divino Pastor en torno a las 5:30 horas de la mañana. Las tres personas que había en su interior abandonaron el edificio de forma pacífica
Alberto Orfao
Madrid
Menos de dos meses después de que la Policía Nacional les expulsara de su anterior sede en otro edificio ocupado en la calle Pez, los agentes han vuelto a desalojar al colectivo okupa Patio Maravillas.
En torno a las 5:30 horas de la madrugada las tres personas que permanecían en el interior del número 9 de la calle Divino Pastor abandonaban, de forma pacífica, el edificio.
Según Carlos, portavoz del colectivo, los agentes no han avisado en ningún momento de que se iba a producir el desalojo ni portaban una orden judicial.
El edificio, propiedad de un fondo de inversión al que fue vendido por el Ayuntamiento de Madrid en 2012, había sido ocupado el pasado 11 de junio por miembros del colectivo apenas unas horas después del desalojo de su anterior sede en la calle Pez.
Los miembros del Patio Maravillas defienden que son parte del barrio de Universidad y que solo pretenden "dar vida y dotar de proyectos sociales a un barrio que no tenía estas iniciativas". Algunas de sus actividades en los últimos meses era proporcionar asesoría laboral a los vecinos así como organizar conciertos, talleres de danza o yoga, todos ellos de forma gratuita.
En torno a las nueve de la mañana, los agentes han permitido a algunos de los miembros del colectivo sacar parte de los objetos que había en su interior.
Una de las personas que ha colaborado en estas tareas ha sido el diputado regional del Grupo Parlamentario de Podemos, Pablo Padilla, quien aseguraba esta mañana que "hay quien tiene mas prisa en desalojar un centro social lleno de vida que en perseguir a los corruptos".
Padilla ha calificado al Patio Maravillas de "institución cultural" de los madrileños y ha dicho que es algo "muy valioso" para la ciudad. Afirma además que este colectivo ha establecido vías de diálogos con los dos últimos gobiernos municipales y plantea la posibilidad de que el Ayuntamiento de Madrid ceda un espacio para este y otros grupos sociales.
