Juzgan a un ganadero por el presunto envenenamiento de seis águilas imperiales ibéricas
La organización ecologista Seo Birdlife, que se persona en el caso como acusación particular, advierte de la gravedad del daño ocasionado por ser aves en peligro de extinción

Imagen de una de las águilas imperiales ibéricas encontradas muertas / SEPRONA

Ciudad Real
El acusado, un ganadero de la zona, defiende su inocencia argumentando que los análisis y las necropsias realizadas entonces por el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, el IREC y el Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre El Chaparrillo confirmaron que la muerte, que se produjo por envenenamiento causado por un potente insecticida, el carbamato, se había producido hacía entre 7 y 21 días y los 9 cebos encontrados en la finca eran frescos, tal y como relataba Algimiro Altozano, hijo del acusado, a las puertas de los juzgados en Ciudad Real.
Los hechos se produjeron en enero de 2012. Investigaciones posteriores determinaron la posible autoría de este ganadero que podría haber utilizado el veneno para proteger su explotación de gallinas y un rebaño de ovejas. Hay que recordar que está prohibido tanto por la legislación nacional como autonómica y aparece tipificado como delito en el código penal.




