Cecilia Freire: "Todos querríamos tener una Rita en nuestra vida"

Madrid

Cada sábado caminamos por Madrid con los auriculares puestos y con la música bien alta. Paramos en diferentes lugares de la ciudad y disfrutamos de una buena conversación. El resultado siempre nos sorprende y nos ayuda a conocer a nuestros invitados a través de sus canciones y rincones favoritos de la capital. Hoy paseamos de la mano de una actriz a la que cada jueves ven más de tres millones de espectadores en Antena 3. Es una especie de Rita la Cantaora, porque en Velvet canta las cuarenta como pocas.

Cecilia Freire da vida a Rita cada semana y lo hace encantada porque es consciente de la verdad que hay en su personaje: "Es muy tierna y muy leal. Todos querríamos tener una Rita en nuestra vida". Las galerías Velvet, que se ubican en la Gran Vía de los años 50, desprenden mucho glamour, aunque este personaje no destaca por su clase, sus modales o su dinero. Rita se desenvuelve perfectamente entre la alta costura, pero desde la trastienda. Es sencilla, auténtica y real. Según Cecilia, su éxito reside en que "es un personaje muy cercano y despierta la empatía enseguida".

"No es una serie documental, se inspira en España en 1958 y no se habla de Franco. Hay algo como de hacer la vida más bella y sublimar la existencia de los espectadores que, por supuesto, nada tiene que ver con la vida real. Supongo que aquella era una España más analfabeta y menos yanqui", reconoce Cecilia, para quien lo importante de esta producción es que te hace soñar a través de las historias que se construyen en un taller de costura, en los despachos que dirigen las nuevas colecciones y en los salones donde se exhiben imponentes vestidos de noche.

Para conocer el Madrid de Cecilia Freire pasamos por la Plaza de Santa Ana, porque ahí es donde de alguna manera empezó su vocación: "Yo iba mucho al teatro con mis padres, al Teatro de la Comedia cuando lo dirigía Marsillach, y veía a ese Carlos Hipólito maravilloso y me fascinaba porque me preguntaba cómo podía cambiar tanto este señor de un montaje a otro”.

En su banda sonora de Madrid suena con fuerza Mi novio es un zombie, de Alaska y Dinarama, una canción que envió a un concurso de talent show cuando era una niña. De adolescente, en su habitación había un poster de Kurt Cobain, por lo que no es de extrañar que nos pida que pongamos Smells like teen spirit. “Yo era muy feliz y muy Disney y de repente se cruzó Nirvana en mi existencia”. Seguimos conociendo a Cecilia mientras escuchamos The show must go on, un tema de Queen que le conecta directamente con su vocación y su lucha personal. Y acabamos con la música de Pasajero, que para ella simboliza “la mezcla entre poesía y rabia”.

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