Emvisesa concede a una familia el mismo piso que ocupó y del que fue desahuciada
Chari y sus hijas de 14 y 20 años fueron las últimas personas desahuciadas por denuncia de la Empresa Municipal de la Vivienda del mandato de Zoido. Han vuelto a la casa, ahora con contrato
Sevilla
Chari y sus hijas de 14 y 20 años de edad han vuelto al mismo piso que ocuparon hace dos años y del que fueron desalojadas por el juzgado, previa denuncia de Emvisesa, el pasado mes de mayo, días antes del cambio de gobierno en la capital. Pero ahora ya tienen contrato. La Empresa Municipal de la Vivienda les ha adjudicado el mismo piso que quedó sellado tras su desahucio con todas sus cosas dentro.
Chari ha encontrado, además, un trabajo, y lleva tres meses pagando regularmente la renta de 250 euros, además de la luz y el agua. A Chari le ha cambiado la vida. "Sobre todo me alegro por mis hijas, que han pasado mucho y no se lo merecían", dice emocionada mientras muestra los tres folios con sello de Emvisesa que demuestran que por fin tiene una casa que puede pagar para las niñas.
Chari, que está separada, decidió en su día ocupar irregularmente una vivienda de propiedad municipal que estaba vacía porque no tenía trabajo, y porque los 350 euros de la pensión de sus hijas fueron insuficientes para pagar durante mucho tiempo el alquiler de otro piso. Tomó la decisión tras pasar dos años viviendo con sus padres en una casa de 45 metros cuadrados y durmiendo en un sofá cama, en el salón, con sus hijas. "Eso no podía ser. No podía seguir así mientras había pisos de Emvisesa vacíos", cuenta, recordando el momento en el que se atrevió a entrar irregularmente en la casa.
Cuando Chari ocupó el piso, además, llevaba 10 años inscrita en el Registro de Demandantes pero nunca le habían concedido una vivienda, pese a que los servicios sociales habían acreditado su situación de exclusión y tenía preferencia. Tras la ocupación trató de regularizar su situación con Emvisesa sin éxito. "Fui decenas de veces a decirles que yo había entrado porque necesitaba un techo, pero que quería pagar la renta, pagar la luz y pagar el agua. No me escucharon", recuerda.
Finalmente, la Policía se presentó en su casa cuando las niñas estaban en clase y la desalojó, sellando la puerta con todos los enseres de Chari y de sus niñas dentro. El de Chari y sus hijas fue el último desahucio de Emvisesa del gobierno de Zoido y tuvo lugar días antes de las elecciones. Casi un mes después, con el nuevo gobierno local constituido, la barrera que sellaba su vivienda fue retirada para permitirle entrar de nuevo.
"Los mismos trabajadores que durante años ni me prestaron atención, fueron de repente de lo más amable", ironiza. Y añade: "El momento en el que me llamaron para decirme que ya podía pasarme a firmar el contrato me emocioné porque por fin podía respirar después de tantos años de sufrimiento".
