Una “OJEada” a la historia reciente

Zaragoza

La novela “Cuando juntos caminábamos” lleva en su portada el emblema de la OJE (Organización Juvenil Española), una especie de alternativa a los boy scouts que promovió el régimen franquista y que tenía sus antecedentes en el Frente de Juventudes, la sección juvenil de Falange Española. El título también alude a una canción habitual de los falangistas, “El camarada” (Yo tenía un camarada / entre todos el mejor / siempre juntos caminábamos / siempre juntos avanzábamos / al redoble del tambor), aunque en su origen era una canción alemana del siglo XIX.

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Para muchos niños y jóvenes, la OJE era la única manera de tener un local de ocio en su ciudad y salir al campo de excursión o acudir a los campamentos de verano. Para otros, sin embargo, la ideología pesaba más y tenían en esa organización su cauce político, que pronto verían desmoronarse con el advenimiento de la democracia.

El turolense Elifio Feliz de Vargas ha desarrollado una historia que tiene este movimiento juvenil como trasfondo, pero en la novela hay mucho más. En “Cuando juntos caminábamos” se habla de la adolescencia y sus conflictos de identidad, de la amistad y la camaradería con el paso del tiempo, de las jerarquías que se establecen entre los jóvenes, de un futuro distinto al que se imaginó, del clero más conservador y de la Transición en una pequeña ciudad de provincias, entre otras muchas cosas, hasta llegar al cambio de siglo y la inmigración latina de esos años, que también tiene su hueco en este libro.

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Narrada desde diferentes voces, contada con claridad y con elegancia, la novela no elude algunos episodios escabrosos, como los monitores pederastas que con demasiada frecuencia se han colado en todo tipo de movimientos juveniles o el caso de la secta paramilitar Edelweiss, que protagonizó un sonado escándalo de abusos sexuales en los años 80.