El gol de Anita París al cáncer

Murcia

Salta a la cancha cada fin de semana junto a su equipo, el Jimbee Roldán de Primera División de fútbol sala. Anita París, nacida en Almería hace 25 años, lleva una vida de lo más normal. No se aventura, a primera vista, la historia de superación de esta joven jugadora. Nadie diría que hace 7 años, apenas cumplida la mayoría de edad, tuvo que enfrentarse a un cáncer. Un sarcoma de los tejidos blandos en la zona del pecho, más concretamente en la axila, irrumpió en su vida.

Anita optó por no rendirse. El deporte le salvó y gracias a aquella jugada accidental el cáncer dio la cara y se pudo combatir a tiempo: "Casi pierdo un brazo". En realidad, Anita nunca ha dejado de correr con el balón, el deporte fue entonces y será siempre su mejor tratamiento.

El estigma del cáncer no es sólo físico o anímico, también afecta a lo social. La caída del pelo acomplejó mucho a Anita y la opción del pañuelo no parecía convencerle. "Usé peluca y una vez se me cayó en pleno partido".

El Jimbee Roldán es su equipo. En la pedanía pachequera logró jugar en Primera División (se formó en el Comarca de Níjar y de ahí pasó al Vícar almeriense, en Segunda). Ve la Selección Española como algo muy lejos, pero Anita no conoce límites. Tanto es así que logró licenciarse en Administración de Empresas y ahora "estoy con el inglés". Su vida es normal, tiene pareja desde hace tres años, es feliz, juega al máximo nivel en el deporte que practica desde niña y, como muchos jóvenes, busca trabajo. Pero Anita, que no se rindió entonces, no lo hará ahora.