Lo que el verano se llevó
El Valencia ha perdido las virtudes que portaba en el ADN 14/15 y deambula en Liga descabezado y carente de personalidad

MADRID, SPAIN - OCTOBER 25: Head coach Nuno Espirito Santo of Valencia CF enters to the pitch prior to start the La Liga amtch between Club Atletico de Madrid and Valencia CF at Vicente Calderon Stadium on October 25, 2015 in Madrid, Spain. (Photo by Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images) / Gonzalo Arroyo Moreno (Getty Images)

Valencia
Si Peter Lim -que puede tener mucho dinero pero no tiene director deportivo- solicitara a algún asesor no genuflexo ni interesado un informe objetivo de lo que sucede en el Valencia podría encontrarse con la siguiente sinopsis para profanos: el equipo ha perdido la gran mayoría de las virtudes con las que contaba la temporada pasada y conserva su principal defecto.
Vayamos por partes. El equipo que consiguió la clasificación para la previa de la Champions League sumando la nada desdeñable cifra de 77 puntos era, por encima de todo, rocoso. Secuencias como la de anoche en el Calderón con llegadas permanentes del contrario eran impensables en el arranque de la 14/15. El Valencia no concedía espacios a rivales que viven de la contra y el vértigo como el Atlético de Madrid. En las primeras 9 jornadas de la pasada Liga, tan solo encajó más de un gol durante el fiasco de Riazor (3-0).
Sant Jaume
Sin ningún tipo de dudas, el mejor jugador en lo que va de temporada es Jaume Doménech. A varias vidas del segundo clasificado, que podría ser ex aequo entre Feghouli y Mustafi hasta el error del alemán anoche en el Manzanares para el 1-0 de Jackson Martínez. Las intervenciones providenciales del guardameta de Almenara ante Sporting, Gent, Olympique de Lyon o Granada han salvado puntos y son la prueba innegable del aumento en el número de llegadas que concede el sistema defensivo a cargo de Nuno Espirito Santo.
Otro de los aspectos positivos del Valencia 14/15 era su indiscutible fiabilidad ante los grandes. No perdió ante el Atlético de Madrid -vigente campeón de Liga- (3-1 en Mestalla, 1-1 en el Calderón), ni Real Madrid (2-1 en Mestalla y 2-2 en el Bernabéu). Claudicó (0-1) sin merecerlo ante el Barça en la primera vuelta y maravilló en el Camp Nou por su excelente presión y valiente puesta en escena durante 45 minutos portentosos para acabar muriendo en la orilla (2-0) con gol de Messi en el 93.
Diminuto ante los grandes
La involución que sufre la plantilla a cargo de Nuno le impide mirar a los ojos de los aspirantes a todo. Los primeros setenta minutos del partido de anoche -hasta que Simeone optó por dar descanso a Carrasco- despiertan un sinfín de dudas en el entorno y, lo que es peor, en el propio vestuario. El Valencia fue un juguete en manos del Atleti durante más de una hora y el descosido pudo ser mucho mayor. Lo mismo sucedió en los dos partidos sobre el papel más exigentes hasta la fecha, también saldados con derrota, ante Athletic de Bilbao (3-1) y Zenit (2-3). En el horizonte asoman amenazantes Celta (jornada 11), Sevilla (j.13), Barcelona (j.14), Villarreal (j.17) y Real Madrid (j.18). Palabras mayores.
Y luego está el vestuario. El affaire Negredo, que Nuno tiene oportunidad de zanjar esta misma semana tras la lesión de Rodrigo -coartada perfecta para el portugués, que siempre se ha escudado en razones deportivas para descartar al '7'-, ha desgastado notablemente al cuerpo técnico a ojos de sus jugadores. En cualquier caso, la sangre no llegará al río. No será ésta una plantilla descontrolada ni contraria a su entrenador. Son buena gente. Si hay alguna manzana podrida, va más por libre que formando clanes. Hasta en eso ha tenido suerte Nuno, gestor de más de 210 millones de euros en fichajes. Que se los hubieran dado a Emery o Valverde.
Primeras grietas
No escucharán a ningún futbolista del Valencia que sea crítico públicamente con Espirito Santo. Por la cuenta que les trae. Ahí tienen a Negredo como ejemplo palpable por decir lo que pensaba en el descanso de algún partido. Al rincón de pensar. Pero eso no significa que no hayan surgido discrepancias durante los primeros meses de competición.
En diferentes momentos de la temporada, los jugadores han manifestado -a nivel interno- su desacuerdo con la programación semanal de entrenamientos. Determinadas sesiones eminentemente físicas muy cerca del siguiente partido provocaban que las piernas no respondieran de forma debida el día D. Teniendo en cuenta que con planteamientos como el del Calderón el equipo corre mucho y mal (pregunten a Parejo), el estado físico se convierte en decisivo.
Decía en el primer párrafo que el Valencia conserva su principal defecto desde la pasada campaña. Sigue siendo literalmente imposible responder a la pregunta del millón.
¿A qué juega el Valencia?
Pese a que Nuno insiste en sala de prensa en un patrón de juego marcado por la presión, la verticalidad y las llegadas por fuera, el equipo vive en una permanente crisis de identidad provocada por los bandazos y las inseguridades de su entrenador. Nuno no es constante en sus principios básicos, acostumbra a tocar lo que funciona y sigue dando la impresión de no tener controlado el sistema de rotaciones en una temporada Champions. Meter de inicio a Danilo, Mina y Rodrigo en el partido de anoche cambiando además el sistema son la penúltima evidencia de los numerosos problemas deportivos que experimenta la sociedad que dirige pero no controla Peter Lim.

Fran Guaita
Licenciado en periodismo por la Universidad Cardenal Herrera CEU. Trabaja en Radio Valencia desde 2013....




