Good bye Lennin y el monolito de Palma
En una película simpática ‘Good bye Lennin’, una señora alemana del Este, comunista ortodoxa, enferma y queda en coma. Mientras duerme cae el muro de Berlín y se borran todos los mitos del régimen.
'El apunte' de Andreu Manresa (30/10/15)
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Palma de Mallorca
En una película simpática ‘Good bye Lennin’, una señora alemana del Este, comunista ortodoxa, enferma y queda en coma. Mientras duerme cae el muro de Berlín y se borran todos los mitos del régimen. Al despertar su hijo manipula la televisión y emite vídeos antiguos para negarle la realidad. Quiere hacerle creer que el régimen soviético sigue igual, que el muro de Berlín no ha caído y que la estatua de Lenin preside las vidas y los paisajes de todos.
La situación recuerda el cine en vivo del debate sobre el inevitable derribo del mamotreto de sa Faixina. Algunas reflexiones recalcitrantes, obsesas y obtusas recuerdan con menos gracia el Good Bye Lennin. Ni Bauhaus ni Art Decó ni valor patrimonial ni monumental, es la defensa del faro de Franco de sus restos intactos. El derribo del mal llamado monolito, una torre faro de 22 metros de miedo, de fálica ostentación autoritaria, no es el principal problema de Palma. Cierto. Es un gesto de dignidad civil ante el oprobio, la ofensa e inmoralidad del fascismo.