Día de Difuntos, una fiesta para los vivos

Valencia

Cada sociedad aborda la muerte de los seres queridos de una forma peculiar, pero todas estas costumbres hunden sus raíces comunes en una de las creencias más constantes y reincidentes de la Humanidad: que la persona no desaparece con la muerte, sino que inicia un tránsito hacia otro lugar (sea el Aaru o campiña egipcia, el Hades o Campos Elíseos griegos, el Walhalla nórdico, el cielo y el infierno cristianos o la Yanna o paraíso de los musulmanes) y también que para hacer este viaje es necesario que el muerto disponga de víveres y provisiones.

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Al otro lado del Atlántico, en México, se instalan altares domésticos en honor de los muertos de la familia o de algún personaje importante, con plataformas en las cuales se depositan ofrendas florales y alimentos. Curiosamente, esta tradición mexicana tiene su parecido con los panellets, fogasses, huesos de santo, cocas de calabaza, de pasas y nuevos o frutos secos que son degustados la Noche de Todos los Santos en nuestras tierras. Comidas propias del invierno que se acerca.