Padura: “Los cubanos somos capaces de entrar por el ojo de un aguja”

Madrid

Acaba de recibir el Premio Princesa de Asturias de las Letras, pero su sencillez está presente en toda la charla. Es algo que tiene muy interiorizado Leonardo Padura y lo pudimos comprobar cuando en su discurso se acordó de su barrio, Mantilla, y de las personas con las que comparte el día a día. Aprovechamos que está de paso por Madrid y conseguimos que nos haga un hueco en su apretada agenda. Nos encontramos en la calle Guzmán el Bueno, en Estudio en Escarlata, el lugar que él nos ha propuesto. Esta librería hace referencia con su nombre al detective más famoso de todos los tiempos, Sherlock Holmes, y no es casual, porque las estanterías están repletas de libros de misterio, de novela policíaca y de literatura gótica.

Padura sigue viviendo en la casa que construyeron sus padres en 1954, justo un año antes de que él naciera. Nos cuenta que su barrio, ubicado en la periferia de La Habana, es “absolutamente normal” y destaca la solidaridad de quienes viven allí. Explica que en estos años de vida en Cuba han obligado a la gente a practicar “muchas estrategias de supervivencia”. “Tenemos que vivir de esa manera para bien y para mal”, apunta el escritor, para quien la lucha del cubano de a pie se ve en la vida cotidiana. “Somos capaces de entrar por el ojo de una aguja y creo que por donde no pase un camello puede pasar un cubano”, dice con convicción.

Oficialmente, contaba con 5 minutos para hacer su discurso, pero regateó hasta los 8 y finalmente arañó un minuto más cuando subió al estrado. 9 minutos para hablar, en los que no hizo alusión a la situación política de su país, pero tampoco era su intención. “A nadie le extrañó que Coppola no hablara de la situación política de los Estados Unidos. A los cubanos siempre nos lo exigen y creo que hay que romper un poco con ese esquema. Soy un escritor y hablé de literatura, de cultura y de pertenencia”, reivindicó. Eso sí, en sus novelas hay mucha realidad cubana y “visiones que pueden ser muy críticas” con el régimen, aunque él defiende que “las lecturas políticas las tienen que poner los lectores”.