El pulso de Michael O'Leary a AENA
"Ni se podía, ni se debía cabalgar a lomos de un tigre para mantener unas conexiones que se iban a cerrar, antes o después, por falta de rentabilidad economica."
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Alicante
Ahora que el Aeropuerto de Alicante-Elche cabalga sobre una ola, ya nadie se acuerda de la cantidad de tinta que se derramó entre los años 2011 y 2012 cuando Ryanair, la compañía del histriónico Michael O'Leary, decidió echarle un pulso a AENA por el tema de las pasarelas. El tema llego incluso, recuerdan, a los tribunales.
Vistas las cosas con perspectiva, la postura adoptada por la red de aeropuertos fue la adecuada; ni se podía, ni se debía cabalgar a lomos de un tigre para mantener unas conexiones que se iban a cerrar, antes o después, por falta de rentabilidad económica. Ni más, ni menos.
Pasado el tiempo conviene reflexionar sobre lo sucedido, no por una cuestión revanchista, sino para darse cuenta de que se debe apostar por la sensatez y alejarse de agoreros o pájaros de mal agüero, pero también de los cantos de sirena.
En la actualidad, Ryanair -que ha cambiado de estrategia, incluso con sus clientes- sigue siendo la primera aerolínea en El Altet.
Y por cierto, ni entonces se acababa el mundo ni ahora tampoco hay que dormirse en los laureles.