El último amante de Nueva Orleans
El pianista Allen Toussaint ha muerto en Madrid a los 77 años de un fallo cardiaco
Madrid
Nueva Orleans es una ciudad tan bella como dura, una ciudad golpeada tantas veces y con tanta fuerza que ya no llora. Allí no se lamenta la muerte, se celebra. La gente sale a la calle, toca música y baila. Nueva Orleans es viuda de demasiados hombres para ir siempre de negro. Hoy, sin embargo, la ciudad está triste. Ha muerto Allen Toussaint, uno de sus más queridos y leales amantes. Pocos artistas han tenido una conexión tan especial con su ciudad como Toussaint, que falleció esta noche en Madrid a los 77 años después de repasar sus canciones ante un público al que saludó y abrazó con cariño. Tras el concierto del Teatro Lara, el corazón del pianista dejó de latir y a Nueva Orleans se le escapó una lágrima al anochecer.
La carrera de Allen Toussaint está unida a los sonidos de la cuidad del Delta. Allí comenzó a escribir canciones y a producir discos a finales de los años cincuenta. Alumno aventajado del gran maestro Professor Longhair, Toussaint dejó su huella en decenas de discos plasmando en ellos los ecos del pasado de la cuidad y los sonidos del momento.
Sofá Sonoro: Las tradiciones de Nueva Orleans
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Hombre afable y de sonrisa elegante, Toussaint debutó bajo su nombre en los años setenta y nunca llegó a estrella. No era su sueño ni su ambición, pero pocos artistas han hecho tanto por los sonidos de Nueva Orleans como él. Por eso es admirado y por eso, en su tierra, es una gran estrella. Pianista cálido y con ritmo, su legado va más allá de los trabajos que produjo, firmó y compuso. Su recuerdo es el de un maestro al que todos escuchaban y al que todos preguntaban. Más allá del dinero, la gloria o la fama, Toussaint hizo algo más importante: preservar la historia de la cuidad, transmitirla a los jóvenes. Su discografía contiene su historia y la de los que le precedieron, es su legado musical. El que se puede apreciar desde la distancia. Allí, en Nueva Orleans, la sensación es otra, es la de un nuevo golpe, una nueva bofetada a una ciudad que ya se prepara para despedir a otra leyenda. Otra tarde más, las calles del barrio francés y de Treme se engalanarán para un nuevo desfile, uno grande. El último adiós al último gran amante de Nueva Orleans.