“Espero que lo que me pasó a mí sirva a otros”

Cuenca

Elías Molina (Herencia, 1982 actual jugador del Manzanares y ex de la UB Conquense) pasó de ser una promesa del fútbol, y compartir habitación con Victor Valdés, a verse solo y abandonado cuando las cosas se torcieron. Ahora a los 33 años cuenta su historia para alertar de lo volátil que es el fútbol y reivindicar la formación de los jugadores a edades tempranas.

“Espero que mi historia sirva para que quienes engañaron a mis padres con falsas promesas lo tengan más difícil para volver a engañar”. Lo dice con resignación al rememorar cuando con 12 años abandona el pueblo para firmar por el Atlético de Madrid. “En dos años la lío, fui internacional, gané torneos, en esos años, llegaron los agentes con promesas”. “Decían todo lo que un niño quería oír a esa edad. Engañaron a mis padres, les contaron que un equipo quería pagar por mí 100 millones de pesetas….y era falso”.

Su vida estaba encaminada a ser una estrella del fútbol, pero de repente todo se tuerce. Cesiones, falta de adaptación... Los agentes, que antes eran todo atenciones ahora reclaman deudas, incluso bajo amenazas. “Todo por unos míseros 9.000 euros”. Tras pasar por Numancia y Mallorca, llega la Segunda B con Cartagena, Ponferradina y Conquense.

Tras salir del Conquense llega a un equipo de cuyo nombre no quiere acordarse. Allí se lesiona: ligamento cruzado anterior. Tardan en diagnosticarle , pero no puede jugar. “Me acusaban de no querer jugar y tenía rota la rodilla”. Tras la operación, ni una llamada. Solo y abandonado, inicia la recuperación. Amigos que le aconsejan, los fisios, en especial Tamara, le ayudan a volver. Ahora juega en el Manzanares donde se ha vuelto a sentir futbolista y lo hace con un sueño, acabar la carrera de fisioterapia que el fútbol nunca le dejó terminar.