Valladolid invoca la tolerancia cero contra la violencia de género
En la Plaza Mayor 900 pares de zapatos rojos ilustraron los pasos perdidos de 33 jóvenes asesinadas en México. Estudiantes de Secundaria se muestran pesimistas
Homenaje en la Plaza Mayor a las víctimas de la violencia machista / Ayuntamiento de Valladolid
Valladolid
Con una manifestación muy relevante finalizaba una jornada plagada de actos contra la violencia de género. Manifestación convocada por la Coordinadora de Mujeres de Valladolid, cuya portavoz Marisol Moráis, expresaba su deseo de que a partir del 26 de noviembre no se olviden los mensajes y que se aborde como un "tema de estado". Además del alcalde, estuvieron representados todos los partidos políticos: PP, PSOE, Valladolid Toma La Palabra, IU, Podemos, Ciudadanos,...
"Valladolid, ciudad contra la violencia de género". Es el lema de la llamativa pancarta que se ha desplegado en la Casa Consistorial. Allí se ha celebrado el acto institucional más relevante de los celebrados en la provincia, porque han asistido la inmensa mayoría de las asociaciones y colectivos implicados en la lucha contra los malos tratos y la violencia machista.
La Universidad de Valladolid, la Diputación Provincial, las Cortes de Castilla y León y un sinfín de entidades públicas y privadas han sumado su voz para condenar los asesinatos. 48 mujeres muertas y 42 niños se han quedado huérfanos, según los datos resaltados por la institución provincial.
Los colegios e institutos también han realizado numerosas actividades encaminadas a resaltar la igualdad entre hombres y mujeres.
Centenares de estudiantes de los institutos han participado en los actos. Precisamente, en el teatro Zorrilla se daban cita 400 estudiantes de 13 institutos de la provincia.
A la entrada del teatro, la Cadena SER organizó un encuentro con un grupo de seis alumnos del instituto Conde Lucanor de Peñafiel para analizar este problema. "Sería bonito que todo lo que nos están contando germinase y la siguiente generación fuera un poco más respetuosa para con las mujeres, pero lo veo difícil, sinceramente, porque la gente no está concienciada con ello, creo que hace bastante poco". Este pensamiento de Juan, de 15 años, resume el sentir de los seis adolescentes que ofrecían sus puntos de vista en los micrófonos de Radio Valladolid.
¿Y si no me creen?
El acto institucional del Ayuntamiento de Valladolid contó con el manifiesto de Rosa Gil, presidenta de la Asociación de Mujeres Abogadas, que describió las penurias que soportan las víctimas y las expectativas de liberación:
"Durante todos estos años, hemos ayudado a muchas mujeres, a otras no ha sido posible, a pesar de lo cual además de realizar nuestro trabajo con profesionalidad y eficacia, hemos procurado transmitirlas nuestro cariño en esa primera visita en la Comisaría de Policía, o en la Comandancia de la Guardia Civil, o en la Policía Municipal; la hemos encontrado llorosa, asustada, sin saber aún como se ha atrevido, sin poder articular palabra, con rabia contenida por no poder transmitir todo el sufrimiento padecido, con vergüenza por desnudar su alma ante alguien a quien no conoce, sin saber qué va a hacer esa noche, y al día siguiente, y qué va a ser de sus hijos.
Ésa es la mujer ante la que nos encontramos y, ¿qué puedes decirle que no sean palabras vacías? Solo hablarle con cariño, con calma, escuchar, simplemente escuchar, sin tiempo, sin prisa, sin agobiarle con nada, sólo ayudarle a enfrentarse a esa primera prueba, sobre todo entenderla. Sabemos que es muy difícil porque hasta ese momento, su marido, su pareja, del que ha estado enamorada y aún está; ha sido su mundo, y soy yo, una completa desconocida, la que va a recomendarle que abandone lo que hasta ese momento ha sido su vida.
Por eso, las abogadas y los abogados sabemos que no se trata exclusivamente de realizar un buen trabajo profesional, sino de implicación personal con la mujer víctima.
Es en este primer momento en el que pedimos el apoyo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para que, con su ayuda, esa mujer siga adelante y no se derrumbe en el primero de los obstáculos, sobre todo cuando con total frialdad le advierten, A ELLA, que esta dispensada de la obligación de declarar en contra de su marido, y que de no ser ciertos los hechos denunciados puede ser imputada por un delito de denuncia falsa.
Finalizado el primero de los trámites, tendremos que asegurarle dónde ir esa primera noche, dejándole al menos el sosiego suficiente para poder llorar a solas.
Al día siguiente de nuevo estaremos con ella en el Juzgado, más nerviosa aún, (porque la justicia es esa gran desconocida) sin haber conciliado el sueño… Te dice: ¿Y si no me creen? No te preocupes, le dices, seguro que sí. Te vuelve a insistir: No sé qué hacer, qué va a ser de mí, y de nuevo se echa a llorar. Ya ante el Juez y con el miedo en el cuerpo porque sabe que él está cerca, a pesar de asegurarle que no le va a encontrar, la vuelven a preguntar si va o no a declarar. Pese a que ya la advertimos, sigue sin entender tanta insistencia. A veces, y en este momento, se derrumba, dice que no quiere declarar, pese a que venía decidida, pero no ha podido con la presión y ha preferido continuar con su calvario. En ese instante, sientes el fracaso, la derrota y, sobre todo, que no has podido hacer nada por ella, pero continúas apoyándola porque sabes que le va a volver a pasar, y por eso le dices que te llame cuando lo necesite."
La presidenta de la Agrupación de Abogadas apostó por la educación como mecanismo para erradicar esta lacra. " Desgraciadamente aún se mantienen los estereotipos machistas. Espero que aún estemos a tiempo de salvar a una generación, tomando las medidas necesarias para evitar este drama. Los niños y niñas que aún se están formando son, como he dicho, nuestro futuro, implantemos desde la Educación Infantil, continuando en la Primaria y Secundaria, la educación en la igualdad, no sexista. Dejemos de considerar a las niñas princesas necesitadas de protección, ya que tanto niñas como niños son iguales en derechos y obligaciones".
Rosa Gil concluye que si los niños y niñas de hoy tienen claras estas premisas "todavía tenemos futuro".
