Un grito de auxilio

Zaragoza

La inestabilidad emocional y el miedo a perderte. Éstos son los motivos que están generando violencia de los chicos adoptados hacia sus familias. Profesionales de todos los ámbitos analizan en Zaragoza, en el Observatorio de Violencia Intrafamiliar, las características específicas de estos casos que afectan a 2 de cada 10 adoptantes.

Según Alberto Rodriguez, director de los programas de acogimiento del País Vasco, "la agresividad es un mecanismo de defensa útil, necesario en la adolescencia" pero  hay"personas que no pueden manejarla por miedo a sí mismos, porque son personas que siempre viven con la sensación del miedo a ser abandonados, a no ser reconocidos, a no ser valorados, que es lo que les pasa a las personas adoptadas". Por eso, explica, " es probable que esa agresividad normal y común se transforma a veces en situaciones de violencia". 

Las familias, según Rodríguez, cuando inician una adopción, esperan que con el tiempo se vea reconocido su esfuerzo aunque en algunos casos la respuesta del adolescente es otra. "No debemos decir que los hijos son violentos" sino que "son chavales que, de alguna manera, necesitan que sus padres, para ayudarles a reparar todo el daño que traen de antes de la adopción, sean capaces de sostener, de mantenerse, y de entender que esa violencia no es una violencia contra ellos". Y apostilla: "es una especie de grito de auxilio mal gestionado". 

No hay recetas infalibles, pero muchos profesionales apuestan por "resistir, resistir y resistir; esa es la primera clave para todas las familias". Y, a nivel profesional, "hay que montar otro tipo de dispositivos, ser muy creativos en la intervención, porque, a veces, para ayudar a generar una mejor relación y vinculación, tenemos que separar a los hijos de los padres, porque es mejor que se echen de menos a que se echen de más".