Si Amenábar quisiera La isla de Alice...

Madrid

Para crear la historia de su última novela, Daniel Sánchez Arévalo se recorrió toda la costa este de Nueva York hasta Canadá ida y vuelta varias veces. Fueron dos años en los que se fundió “absolutamente todos los ahorros” y en los que a base de observar y observar fue construyendo los personajes. “Soy muy poroso y muy ladrón y hay muchas cosas que están en Alice que yo he visto o me han contado mujeres”. Confiesa que en su mente ha rodado varias veces la película de La isla de Alice, pero no descarta que sea otro director quien acabe llevándola al cine. “No me importaría si fuese alguien a quien admiro muchísimo y sobre todo si tiene mucho entusiasmo. Por ejemplo, Amenábar, pero tendría que notar que Alejandro necesitar llevar esta historia al cine”, aclara.

Quedamos el jueves en Ocho y Medio, una antigua imprenta transformada en librería y café que conserva todo el ambiente del Madrid de hace 50 años. “En todas las columnas tenemos cuadros que nos han ido dedicando diferentes personajes del cine español y extranjero, como Almodóvar, Fernando León, Garci, los Trueba, Bardem, Penélope Cruz o Tarantino”, explica María, alma máter de este espacio. Es una mujer valiente que ha continuado al frente del proyecto que empezó con su marido Jesús, alguien muy querido por el mundo del cine. Aunque él ya no esté, la librera y su perro Lucas no se rinden.

La isla de Alice quedó como finalista en el Premio Planeta 2015 y ahora su autor ve con asombro montañas de sus libros en los escaparates de pequeñas y grandes librerías. “Presenté la novela por una cuestión de ambición, de no querer ser un grito en el desierto. Obviamente, estar en el tándem del Planeta te sitúa en el mapa y mi ambición era no tener que decir a mis vecinos que había escrito una novela, sino que ellos se enteraran”, indica el director y guionista. Desde luego, ha cumplido con creces este objetivo, ya que todos sus conocidos han querido sumergirse en el viaje emocional que supone esta lectura.