El futuro del fútbol en nuestra ciudad

Reconozco que estoy preocupado por el futuro del fútbol en la ciudad de Alicante. La marcha deportiva del Hércules nos aleja cada vez más del objetivo del ascenso. Es cierto que los cuatro primeros clasificados juegan la promoción pero en el mundo del fútbol todos sabemos que sólo el primero tiene claras opciones de ascender y alguna migaja queda para el mejor segundo. Fuera de esas plazas todo es desolación... y en Alicante no lo queremos ver.

Y en este panorama que sólo tendríamos que hablar de aspectos deportivos se cuelan otros factores que matan al fútbol y al deporte en esta maravillosa ciudad. Hasta el alcaldébil Echávarri sale con un tuit que ha generado comentarios críticos de aficionados y periodistas. Pero parece que este es el mal destino deportivo de la ciudad. Despareció el Alicante; murió el Calpisa y sus descendientes; el Lucentum malnavega por categorías no profesionales... Y el Hércules lleva camino de la desaparición si no se asciende.

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Y esto sin hablar de otros falsos referentes que existían en la ciudad como la CAM, entidad financiera de la que nos mentían diciendo que era la quinta de España y también ha desaparecido. Por eso apelo a la conciencia de mucha gente para evitar desgracias deportivas de las que nos lamentaremos.

El Instituto Valenciano de Fianzas sí que está trabajando para encauzar el futuro de los eternos vecinos de Elche. Se reúne públicamente con alcalde y concejales, explica cual es el plan de futuro y hablan de inversores auspiciados por la LFP. Y todo ello para defender la inversión pública realizada en su día. Por contra en nuestra ciudad, Alicante, todo lo que se gestiona sobre el Hércules se hace a escondidas, entre dos aguas y sin claridad... Y en tiempos de transparencia esto no es bueno.

Pues dicho todo esto vuelvo a aspectos deportivos. Hoy no voy a criticar al director deportivo Dani Barroso por su mal trabajo. Ahí está que el equipo sólo tiene 19 licencias de las 22 permitidas, ahí está que estamos fuera de las posiciones de play-off y ahí está que se habla de cerrar un mediocentro en lugar de firmar a un delantero que es lo que todo el mundo reclama.

También es grave la desorganización del club. Ya son varias las jornadas en la que el calendario de competiciones es horrible para la cantera herculana. O el B y el juvenil juegan como locales a la misma hora y en diferente campo o incluso coinciden en horario con el primer equipo. Y esto es un ejemplo de pasotismo. En el mundo del fútbol los "pequeños" siempre han querido ver a los "mayores". Y así los del juvenil les gusta ver a los del B y los del B quieren ver a la primera plantilla. Y toda la cantera quiere ver jugar al primer equipo. Pero en este club esto no pasa y sus dirigentes deportivos hacen coincidir los horarios, lo que rompe una de las tradiciones más bonitas del fútbol porque en el Hércules no hay descontrol, hay pasotismo. Y es que el Hércules ha perdido lo más importante, el prestigio, que no se puede comprar con dinero.