¿Qué lleva un porro?
La Generalitat estudia qué cantidad media de principios activos lleva cada cigarro de marihuana. Están recogiendo muestras entre 240 consumidores
Barcelona
La Generalitat estudia qué cantidad media de droga lleva cada porro de marihuana. Los investigadores están recogiendo una muestra de 240 consumidores en campus universitarios, plazas, clubes cannábicos y locales de ocio nocturno.
Los resultados, pioneros a nivel internacional, se conocerán a partir del año que viene. La idea es saber qué concentración de sustancias activas hay de promedio en cada porro. Una de ellas es el tetracanabinol y hay dos más. Se hace del mismo modo que en su momento se hizo con el alcohol, cuando determinaron que una unidad de bebida estándar son 10 gramos de alcohol, es decir, una copa de vino, una cerveza o un sorbo de licor.
De esta manera, quieren saber si algunos principios activos provocan más adicción, según explica Joan Colom, director general de drogodependencias de la Generalitat: "Si sabemos la cantidad que llevan nuestras recomendaciones pueden ser más efectivas. Sabemos que algunos principios activos generan unas dinámicas de adicción y será una manera de conocer la realidad del fenómeno desde la perspectiva del consumo”
Hay diferentes variables que pueden influir en los principios activos: el origen de la marihuana o el método de producción que se ha utilizado, dice Colón.
Los 240 voluntarios mayores de 18 años que se prestan a dar su porro antes de fumárselo son anónimos. A cambio, les regalan un lápiz de memoria y los investigadores se comprometen a hacer llegar los resultados.
En Cataluña hay actualmente unos 300 clubes cannábicos (250 en Barcelona). Y, a pesar de que el Parlament aprobó una resolución que marca un poco las reglas, cada uno lo hace un poco como quiere.
El nuevo equipo de gobierno de Barcelona prepara una nueva ordenanza que se conocerá en primavera. Óscar Parés, codirector de un estudio sobre drogas (Hacer de la necesidad, virtud. Políticas de drogas en Cataluña. De la acción local hacia el cambio global) del Centro Iccers cree que hay que debatir y regular a fondo para que no hacerlo no ahorra riesgos: "Durante mucho tiempo quienes han hablado de drogas son médicos y policías. La realidad es que sólo un 10.20 por ciento de los consumidores tienen problemas. El resto actúan con responsabilidad. El mensaje que llega es más alarmista: estamos marcados por la idea de droga que arrastramos hace años para que en el imaginario estas sustancias muchas veces se asocian a un pasado negro”.
Añade que "la falta de regulación ha provocado el desconcierto entre centros cannábicos y esto hará que quizá acabe imponiendo la tesis más purista y algunos tendrán que reinventarse o cerrar para ajustarse a la futura normativa".