Una Nochebuena en soledad, a 2200 metros de altitud
El guarda del refugio de Bachimaña nos cuenta cómo se pasa la Navidad en pleno Pirineo Aragonés.

Getty images

Panticosa
Raúl Martínez ha pasado la Nochebuena en soledad en este refugio que se encuentra entre el balneario de Panticosa y el pico Infiernos. Bueno, en soledad, no, porque estuvo acompañado del perro y la gata que viven con él. La estampa de este año de esta zona del Pirineo aragonés no es muy navideña que digamos, porque falta nieve. La que cayó en la última semana de noviembre está dura y hay abundante hielo alrededor del refugio; sin embargo el cielo suele estar despejado y se aprovechan mejor las pocas horas de luz. Son días para montañeros experimentados. Todas las precauciones son pocas si uno quiere hacer cima en los Infiernos, en la Gran Facha o en Tebarray. Para Raúl no ha sido su primera Nochebuena en soledad, ya le tocó pasarla así en Góriz, aunque en ninguna de las dos experiencias vio pasar el trineo de Papá Noel.
La soledad del guarda terminó el día de Navidad, cuando una pareja madrileña subió a hacerle compañía. Ellos huían del mundanal ruido y le dijeron que se encontraban en el paraíso después de haber visto a muchísima gente disfrutando de las fiestas en la capital española. Del ruido y las prisas por las compras han pasado al silencio de la soledad en plena naturaleza.
Para los próximos días, el refugio ya tiene unas cuantas reservas de cara a la Nochevieja. Varios montañeros darán la bienvenida al 2016 cerca de los 3000 metros de altitud.
Dejamos a Raúl preparando su regreso. Él pasará el fin de año con su familia. Antes de despedirle nos regala con sus palabras una estampa invernal maravillosa. Dice que hoy toda la roca viva de los alrededores permanece al aire, sin que la cubra el tradicional manto blanco. El cielo está despejado, el sol, radiante, y el termómetro del refugio marca entre -1º y 0º. "Dan ganas de sentarse y contemplar el espectáculo que le rodea durante horas".




