Y lo peor fue la lesión de Canales

Derrota injusta e inmmerecida de la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu. Incluso, se puede decir que pocas veces lo ha sido tanto como en esta ocasión. Porque el equipo donostiarra no fue, ni mucho menos, inferior al equipo blanco. Y porque todos los infortunios que sufrió durante el partido le mermaron, pero nuncal e hundieron. Y eso merecía un premio mayor. El fútbol fue demasiado injusto en esta ocasión con la Real. Le pasó de todo, y nada bueno. Desde los penaltis inexistentes que le pitaron en contra hasta el que no quiso ver el árbitro a su favor. Pero, con todo, lo peor fue las graves lesiones que sufrió. Especialmente, la de Sergio Canales, que se volvió a romper la rodilla, por tercera vez en su carrera, aunque esta vez fue la izquierda. Desde aquí, nuestro más sincero apoyo y todo el ánimo del mundo. Su lesión, y por supuesto la de Agirretxe que no fue de tanta gravedad, fue con mucha diferencia lo peor de la derrota del Bernabéu.

Tienen razones más que fundamentadas en la plantilla de la Real para sentirse robados en el Bernabéu. Porque todas las decisiones del colegiado fueron en contra de sus intereses, en contra de forma injustificada. Porque en la primera parte pitó dos penaltis que no eran, que se inventó a todas luces. Y si el primero no lo supieron aprovbechar los jugadores blancos, en el segundo regalo ya no fueron tan desconsiderados. Mientras, en ese tiempo no quiso ver un penalti clarísimo a Jonathas de Pepe, que le piso cláramente dentro del área y le impidió rematar. Esas jugadas marcaron de forma significativa el resto del partido, y parecía que le ponían en bandeja el triunfo al Real Madrid. Porque en ese tiempo, Eusebio, que fue muy valiente en su alineación, se veía obligado a cambiar por lesión a dos jugadores, Bruma y Pardo entraban por Agirretxe y Canales. Muy mala suerte.

Pero los realistas no se dejaron vencer por la fatalidad. Y salieron con bríos renovados tras el descanso. Tanto que lograron empatar pronto con un golazo de Bruma, y después tuvieron ocasiones claras para haber culminado una remontada histórica. Pero el fútbol se iba a cebar con el equipo txuri-urdin, porque cuando mejor estaba y cuando parecía tener noqueado al equipo blanco, aparecío Cristiano Ronaldo para echar al traste todo su trabajo. El portugués marcaba el 2-1 sin merecerlo, y después Lucas Vázquez ponía más injusticia al resultado con el definitivo 3-1. La Real maniató durante muchos minutos al Real Madrid, pero le faltó convertir toda la posesión y el buen fútbol que practicó en goles, porque con un poco de pegada se habría terminado de merendar a un vulgar Real Madrid que más que nunca tiró de individualidades.