"Negociar y ceder"
Firma Álvaro López 'Negociar y ceder'
03:00
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Algeciras
En estos días se ha hablado de muchas cosas, y el cuñadismo, del que ahora haré alarde yo también, ha estado presente en casi todas las casas. Hasta en las mejores familias. Para quien ande despistado, el cuñadismo, concepto muy difícil de definir, se refiere a aquellas personas que se hacen pasar por verdaderas expertas en algo, aunque lo que suelen hacer más bien es repetir lugares comunes.
La Navidad, como bien se sabe, es una época en la que toca reunirse, compartir cubiertos y conversación. Una fecha muy dada a que se desarrolle el conocido como gen cuñado que, aunque no queramos reconocerlo, todos tenemos. Este año ha habido suerte porque hemos incorporado dos importantes temas de los que hablar: el estreno del episodio VII de Star Wars y los resultados electorales, que es de lo que voy a hablar.
La situación política que ha dejado las últimas elecciones generales me resulta inquietante, y de todas las cuestiones sobre las que se podría reflexionar me gustaría detenerme en dos. La primera es la de los llamados pactos de perdedores. Durante los últimos días se ha hablado mucho de este tema ya que uno de los posibles pactos post electorales es una gran coalición de partidos de izquierdas. El Partido Popular siempre ha defendido que debe gobernar la fuerza política más votada, pero parece no tener claro que el sistema electoral español es parlamentario, y no presidencialista. En el sistema que tenemos, el poder legislativo es el que elige al ejecutivo y, a su vez, el ejecutivo es responsable ante el legislativo. En resumen, el pueblo escoge en las urnas a un parlamento, que es el encargado de elegir al Gobierno. Si se pretendiera que el partido más votado fuera, de manera indiscutible, el que gobernara debería haber unas garantías adicionales como los 50 diputados extra que recibe en Grecia el partido más votado o una segunda vuelta entre las dos fuerzas con mayor representación para alcanzar una mayoría absoluta.
Por otra parte, no creo que sea justo decir que un partido que obtiene el 28,72% de los votos es el único que puede gobernar de manera legítima, ignorando que el 71,28% restante no le ha dado su apoyo. Otra cosa diferente será analizar si los pactos entre otras fuerzas son naturales o no, pero la acusación de los pactos de perdedores es completamente falaz e inapropiada.
La segunda reflexión que quería hacer en esta firma es sobre el sentido de Estado de los partidos españoles. La falta de acuerdos nos hace pensar que estamos abocados a nuevas elecciones, que han costado más de 130 millones de euros, lo mismo que el presupuesto autonómico de Jaén, y todo porque los partidos son incapaces de comprender que la oposición es un buen lugar para hacer política cuando el partido de Gobierno no tiene mayoría absoluta. Si se permitiera gobernar al PP, sería un buen momento para llegar a grandes pactos de Estado en el que todas las fuerzas cedan un poco, y se aprueben leyes que representen a un amplio espectro de la sociedad.
Así que, volviendo a la idea del principio, ya que acaban las fiestas y el gen cuñado queda en estado latente durante varios meses, ciudadanos y políticos debemos comprometernos en la construcción de un Estado mejor siendo conscientes de que ninguna de nuestras opiniones vale más que las otras y que, muchas veces, ceder no es sinónimo de debilidad sino de inteligencia.