Entre dos aguas
El Plan Hidrológico del Ebro satisface a los agricultores pero multiplica las críticas de sectores ecologistas y formaciones políticas como el PAR o CHA
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GRA146. MADRID, 08/01/2016.- La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (c), junto a las ministras, de Empleo, Fátima Báñez (i), y de Agricultura, Isabel García Tejerina (d), durante la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Minis / Zipi EFE
Zaragoza
Satisfacción en el ámbito agrario aragonés y críticas desde los colectivos ecologistas. Desde ambos sectores llegan reacciones al Plan Hidrológico Nacional, que ayer aprobó el Consejo de Ministros en funciones. Desde UAGA consideran que esta planificación de las aguas era obligada y necesaria. El Secretario General, José Manuel Penella cree que "recoge las necesidades hídricas para el uso del regadío, los caudales necesarios para los usos presentes y futuros y las infraestructuras hidráulicas necesarias y también tiene en cuenta el caudal ecológico". COAGRET considera que el plan hace promesas de agua difíciles de cumplir. Aseguran que no se adapta a la directiva marco, se ponen en peligro los fondos europeos en materia de aguas y solo servirá para agudizar conflictos.
Formaciones políticas como CHA o el PAR han mostrado también su rechazo a este Plan.
Chunta Aragonesista critica las formas. No gusta la aprobación por parte de un gobierno en funciones. Y también el fondo. David Felez,. responsable de medioambiente, considera que " es un documento que trata a los ríos como un mero canal de transporte de una mercancía que se puede vender y comprar. Se abre así la puerta a un trasvase del Ebro".
En el PAR, su presidente Arturo Aliaga, lamenta que el texto " suprima la inscripción de la reserva hídrica en el Registro de Aguas" y añade " que se impide que los beneficios de los aprovechamientos hidraelectricos revirtan en el territorio".
